Un lamentable episodio de discriminación tuvo lugar en Matanzas, donde a una niña en silla de ruedas se le impidió ingresar a una tienda en Moneda Libremente Convertible (MLC).
Yunaidy Pérez Hernández, madre de la menor, compartió en redes sociales su experiencia, la cual ha despertado una ola de indignación.
Según el relato de Pérez, acudió junto a sus hijas y su hijastra a la tienda ubicada en la Plaza de Ayón y Milanés.
Tras cumplir con las normas de seguridad al entregar su bolso, un empleado, presuntamente el custodio del lugar, le informó que su hija no podía entrar con la silla de ruedas.

Sorprendida, la madre cuestionó la negativa, explicando que la niña no puede caminar. Sin embargo, el hombre insistió en que la silla debía permanecer afuera, sugiriendo que alguien cuidara a la menor mientras ella realizaba sus compras.
Ante esta respuesta, Pérez expresó sentirse profundamente impotente, describiendo cómo la situación la dejó al borde de las lágrimas.
“Los que me conocen se imaginarán el resto. No pude hablar más, se me hizo un nudo en la garganta y mis ojos se llenaron de lágrimas (…) Me tuve que quedar afuera, esperando que mi hijastra entrara e hiciera la compra”, contó.
Pérez señaló que con una revisión simple de la silla de ruedas al salir, cualquier sospecha de robo podría haberse descartado.
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Además, cuestionó la falta de empatía y sensibilidad del empleado, enfatizando las barreras no solo arquitectónicas, sino también mentales (según sus propias palabras) que persisten en la sociedad cubana.
“¿Dónde está la empatía y la sensibilidad? Es una niña que tenía la ilusión de conocer un mercado. Nadie tiene el derecho de apagarle su ilusión ni el día, por eso hago esta publicación”, aseveró.
Lamentablemente, situaciones como estas se presentan no solo en Matanzas, sino también en toda la isla, tanto con niños como con personas de todas las edades, evidenciando que la falta de empatía es un problema más alarmante del que se cree.
Redacción de Cubanos por el Mundo