La salud de Yunaiky Linares, presa política secuestrada por el régimen tras las protestas del 11J de 2021 en Cuba, ha encendido alarmas entre sus familiares.
Desde la prisión de Mujeres de Occidente, conocida como El Guatao, donde cumple una condena de ocho años, se reportan condiciones que han afectado tanto su estado físico como mental.
Yurka Rodríguez García, madre de la prisionera, denunció en conversación con CubaNet que su hija ha sido medicada con gabapentina tras un episodio de autolesiones, pero no ha recibido tratamiento para su condición de tiroides.
Esto, según su testimonio, ha generado un evidente deterioro en su apariencia y comportamiento.
“Después de autoagredirse, comenzaron a medicarla con gabapentina, pero me preocupa que ella padece de las tiroides y no ha sido medicada para eso”, fueron las palabras de la mujer al medio citado.
La situación empeoró tras un incidente ocurrido en noviembre, cuando la presa política cruzó los límites del campamento, donde cumplía una sentencia de mínima severidad.
Su objetivo entonces era buscar ayuda de las autoridades de El Guatao, específicamente de la directora de dicho centro de reclusión, luego de haber sido colocada en un grupo junto a una interna con la que había tenido conflictos previos.
En lugar de ayudar, este acto resultó en su traslado a una celda de castigo, bajo régimen de máxima seguridad, donde permaneció durante siete días.
“¿Por qué las ponen juntas? ¿Porque es mandado por la Seguridad del Estado? El miedo mío es que mi hija se complique con otra causa, porque ella es fuerte y no se va a dejar provocar por nadie”, confesó la madre.
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Yunaiky Linares fue acusada de sedición por participar en las manifestaciones de julio de 2021 en La Habana.
Inicialmente, el aparato de injusticia al servicio de la dictadura pidió 17 años de prisión, aunque la sentencia fue reducida a 8 tras una apelación.
Sin embargo, cabe decir que la chica nunca mereció haber ido a la cárcel, ni siquiera por un segundo de su vida.
Redacción de Cubanos por el Mundo
