El pasado sábado ocurrió la muerte de Alexey Díaz Salas, un empleado que había resultado gravemente herido en la explosión de la planta de asfalto de Sancti Spíritus el 24 de diciembre.
Díaz, de 48 años, permaneció en estado crítico desde su ingreso al Hospital Provincial Camilo Cienfuegos, donde finalmente perdió la vida debido a la gravedad de las quemaduras que afectaron gran parte de su cuerpo.
La trágica noticia fue revelada en redes sociales por el periodista oficialista Yosdany Morejón Ortega, ya que el resto del aparato de propaganda del régimen castrista no mencionó nada relacionado con el deceso de la víctima.
De acuerdo con las investigaciones preliminares, la explosión ocurrió mientras la víctima realizaba labores relacionadas con el combustible almacenado en la planta.
Las autoridades señalaron que una fuente de ignición, posiblemente un mechero, pudo haber provocado la acumulación de gases volátiles en el tanque, desencadenando el siniestro.
“La mezcla explosiva de los vapores absorbió esta fuente de ignición y, si se toma en cuenta que se trataba de un tanque diseñado para almacenar 40.000 litros y que solo contenía cerca de 5.000, hablamos de una gran capacidad vacía donde se concentran los gases”, dijo entonces Alexander Ávalos, jefe del Cuerpo de Bomberos de Sancti Spíritus.
Naturalmente, de eso sí habló la prensa castrista, buscando atribuir más la responsabilidad al trabajador, tildándolo de “negligencia”, pero sin mencionar la falta de recursos con la que cuentan los empleados dentro de las instituciones estatales.
La planta, que opera con maquinaria antigua y enfrenta deterioros por falta de mantenimiento, ya había sido señalada en ocasiones anteriores por riesgos operativos.
En Cuba, los grandes siniestros se hacen cada vez más comunes, preocupando a todo un pueblo; mientras tanto, el régimen castrista solo finge atención cuando ocurren.
Redacción de Cubanos por el Mundo