El colapso de la unidad 5 de la Central Termoeléctrica (CTE) de Nuevitas empeoró el sábado la ya crítica situación energética de Cuba, desencadenando apagones a niveles alarmantes.
Según la castrista Unión Eléctrica (UNE), esta avería incrementó las afectaciones previstas, alcanzando los 943 MW durante las horas de mayor demanda, superando las expectativas iniciales y afectando significativamente a la población.
El informe oficial indicó que este domingo la disponibilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) fue de 2,100 MW frente a una demanda proyectada de 2,950 MW en las horas pico, generando un déficit estimado de 850 MW. Las afectaciones podrían superar los 920 MW si no se logran restablecer las condiciones del sistema. Mientras tanto, los cubanos siguen en apagones.
La termoeléctrica de Nuevitas, clave en la generación eléctrica de Cuba, también ha sido uno de los puntos más vulnerables. En los últimos años, esta planta ha enfrentado problemas recurrentes que han puesto en jaque al SEN y a la estabilidad energética del país.
En el mes de mayo del año pasado, la unidad 6 de Nuevitas salió del sistema en menos de 24 horas tras haber sido reparada, generando críticas de la población después de que la prensa oficialista calificara estos eventos como “normales”.
Dos meses después, la unidad 6 volvió a desconectarse por otra avería, evidenciando la falta de mantenimiento preventivo y de soluciones estructurales, dejando a la población en una situación desesperante.
En el mes de agosto, una salida inesperada de otro bloque en Nuevitas profundizó las afectaciones al SEN, provocando protestas donde algunos residentes lanzaron piedras contra las instalaciones de la termoeléctrica en señal de indignación por los apagones prolongados.
La reciente salida de la unidad 5 se suma a esta lista de incidentes, dejando en evidencia la incapacidad de recuperación del SEN a corto plazo.
La UNE anunció medidas emergentes, como la redistribución de cargas, el mantenimiento acelerado de unidades y el uso de generación distribuida. No obstante, la falta de combustible y los problemas estructurales han limitado la efectividad de estas iniciativas.
En mayo de 2024, la UNE informó sobre unas supuestas “acciones emergentes” para mejorar la eficiencia operativa de las plantas termoeléctricas. Sin embargo, la termoeléctrica de Nuevitas sigue siendo un ejemplo de las dificultades para implementar soluciones sostenibles en un sistema que depende de instalaciones obsoletas y mal mantenidas.
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Redacción Cubanos por el Mundo