La violencia en las prisiones cubanas sigue causando muertes, como lo demuestra el reciente caso de Ulises Rodríguez Machado, un recluso de 73 años que perdió la vida en la prisión de Kilo 8, en Camagüey.
Según la denuncia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), Rodríguez Machado fue brutalmente golpeado por Daniel Primeyes, un oficial encargado del orden interior, lo que derivó en su fallecimiento tras ser trasladado a un centro médico en estado grave.
Aunque las circunstancias del deceso siguen sin aclararse por completo, se especula que Rodríguez Machado pudo haber sido llevado a la sala de penados del Hospital Amalia Simoni, conocido por tratar casos graves, aunque otros informes apuntan a que fue atendido dentro de la misma prisión.
Además, el OCDH sugiere que el director del centro penitenciario, Juan Miguel Sánchez Duarte, intentó ocultar los hechos, como suele suceder cada vez que alguien ligado al aparato de represión de la dictadura comete un delito.
El informe de la organización también destacó que esta muerte se suma a una serie de denuncias sobre las pésimas condiciones de la cárcel de Kilo 8, un lugar infame por sus abusos contra los internos.
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De hecho, Primeyes, el oficial implicado en la agresión mortal, ya había estado involucrado en otros episodios de violencia en el pasado. Uno de los testigos de estos hechos fue Alejandro González Raga, director del OCDH, quien, mientras estuvo preso en otra cárcel de la región, escuchó cómo un director ordenó a Primeyes golpear a un recluso hasta casi matarlo.
Mientras casos como el de este recluso ocurren a menudo, en las calles, los antisociales que transitan con total libertad siguen robando, asesinando, violando y pare de contar. Así es la “justicia” que funciona en la isla de la dictadura castrista.
Redacción de Cubanos por el Mundo
