Un niño cubano de 10 años, diagnosticado con distrofia muscular de Duchenne, ha movilizado a comunidades dentro y fuera del país para recibir la ayuda que necesita.
Esta enfermedad genética, causada por un defecto en la producción de distrofina, deteriora rápidamente los músculos, afectando órganos vitales como el corazón, los pulmones y el sistema neurológico.
En medio de un panorama donde las carencias médicas limitan el alcance de los tratamientos, Thiago recibe atención en el Hospital Pediátrico “William Soler”. Allí, un equipo intenta mitigar los efectos de su enfermedad mediante terapias avanzadas con células madre.
Sin embargo, el progreso acelerado de su condición exige intervenciones más rápidas y completas, las cuales no pueden ser garantizadas bajo las circunstancias del precario sistema de salud cubano.
Ante este escenario, los familiares del niño cubano han lanzado una campaña para recaudar fondos y gestionar una visa humanitaria que permita su traslado a un país con recursos médicos más avanzados.
Las plataformas digitales han sido claves en la difusión de esta causa, donde ciudadanos de diversas partes del mundo han contribuido a través de donaciones monetarias y muestras de solidaridad.
Cada aporte, sin importar su tamaño, representa una oportunidad para mejorar la calidad de vida de Thiago y brindarle una esperanza de futuro.
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La familia agradece profundamente a todos los que se han sumado a esta causa y enfatiza la urgencia de obtener apoyo continuo para lograr su objetivo.
El caso de este pequeño refleja lo que las familias tienen que atravesar en la isla comunista, recurriendo a redes sociales en búsqueda de ayuda desesperada, mientras el régimen presume descaradamente de su mal llamada “potencia médica”, que no es más que una burla hacia el pueblo.
Redacción de Cubanos por el Mundo