Las cenizas del reconocido actor cubano Mario Limonta fueron trasladadas en una emotiva procesión desde su residencia en la calle 12 hasta el Cementerio de Colón, donde familiares, amigos y admiradores le dieron el último adiós.
En la Necrópolis de Colón, una multitud se congregó para rendir homenaje a la trayectoria del artista, cuya carrera dejó una huella imborrable en la cultura cubana.
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El Centro de Teatro de La Habana expresó que esta despedida simbolizó el cariño y respeto del pueblo hacia Limonta, a quien calificaron como un referente indiscutible de la actuación en la isla.
“Una representación popular en nombre del pueblo de Cuba despidió esta mañana en la Necrópolis de Colón al Primer Actor cubano Mario Limonta, como muestra de admiración y respeto. Los grandes artistas no mueren, quedan siempre en la memoria del pueblo que los hizo grandes. ¡Hasta siempre Mario Limonta!”, manifestó la institución.
Es importante recordar que el célebre actor, recordado por sus icónicos personajes y su entrañable dupla con Aurora Basnuevo, falleció este fin de semana, un día antes de cumplir un nuevo año de vida. Por varias jornadas, el actor estuvo bajo el cuidado de los médicos.
Mario Limonta era un nombre venerado en la televisión, el teatro y la radio en Cuba. Nació en 1936 en Guantánamo y, a pesar de iniciar estudios en Derecho al mudarse a La Habana, su destino artístico fue sellado cuando debutó en La Corte Suprema del Arte, un programa que le abrió las puertas del éxito.
Aunque ya no formará parte de este plano, su legado, sin duda alguna, permanecerá en la memoria no solo de quienes le tuvieron cariño en vida, sino también de aquellos jóvenes actores que apenas comienzan en el mundo del espectáculo.
Redacción de Cubanos por el Mundo