in

Pescadores cubanos estuvieron una semana varados en el mar; así fue su odisea

Durante siete días, dos pescadores cubanos, Carlos Francisco Rodríguez González y un joven de 15 años, enfrentaron una pesadilla en altamar

Pescadores cubanos estuvieron una semana varados en el mar; así fue su odisea
Carlos Rodríguez fue quien relató la aterradora e inolvidable experiencia / Foto: Periódico Girón

Durante siete días, dos pescadores cubanos, Carlos Francisco Rodríguez González y un joven de 15 años, enfrentaron una pesadilla en altamar.

Lo que comenzó como una salida de pesca en la bahía de La Habana terminó convirtiéndose en una lucha desesperada por la supervivencia, con la corriente arrastrándolos mar adentro sin posibilidad de regresar.

Rodríguez, un hombre que llevaba algún tiempo dedicado a la pesca, nunca imaginó que una noche rutinaria cambiaría su percepción del mar para siempre.

Salió confiado, esperando regresar en pocas horas, pero un problema con su equipo desencadenó una serie de eventos que lo dejó a la deriva junto a un desconocido que se le acercó para intentarlo ayudar.

La corriente y los vientos empujaron a estos dos pescadores cubanos mar afuera, dejándolos sin control sobre su embarcación. En cuestión de horas, se encontraron en una situación crítica, sin víveres ni forma de pedir auxilio.

Para colmo, la noche trajo consigo la peor de las noticias: la balsa de Rodríguez se partió, obligándolos a compartir el pequeño corcho del joven, en una posición incómoda y peligrosa.

La supervivencia se convirtió en su única prioridad. Sin agua potable ni comida, improvisaron con lo poco que tenían. Lograron atrapar un dorado, lo limpiaron y lo consumieron crudo para mantenerse con fuerzas. Mientras tanto, el calor abrasador del día y el frío de la noche hacían estragos en sus cuerpos debilitados.

Los tiburones, constantes en su entorno, les recordaban que cualquier movimiento en falso podía ser fatal. Sin embargo, lo que más los atemorizaba no eran los depredadores del océano, sino la posibilidad de nunca ser rescatados.

“Al otro día de estar a mar abierto, tiré un anzuelo pelado y se enganchó un dorado. Con el cuchillo le sacamos la bandita, lo pusimos en el corcho para que se secara un poco, y así crudo nos lo comimos. Él comió más, incluso la huevera, yo me asqueé. Incluso, él tomó agua salada”, relató a la prensa oficialista.

El joven, consumido por la desesperación, llegó a decir que quería rendirse, pero Rodríguez lo convenció de seguir adelante. La esperanza renació cuando divisaron una luz en la oscuridad.

OTRAS NOTICIAS: Guardia Costera de Estados Unidos repatrió a 12 balseros cubanos

La corriente los acercó a un gran buque y, con sus últimas fuerzas, gritaron pidiendo ayuda. Finalmente, la tripulación los escuchó y lanzó una soga salvadora, y lo más impresionante: cerca de Bahamas

El rescate los llevó hasta Matanzas, donde recibieron atención médica. Aunque Rodríguez asegura que no volverá a pescar en mucho tiempo, admite que, si la necesidad lo obliga, quizás regrese al mar.

Eso sí, con un respeto renovado por su inmensidad y peligros, y con todos los insumos suficientes en caso de cualquier eventualidad.

Redacción de Cubanos por el Mundo

Written by Mateo Orozco

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Guardia Costera de Estados Unidos repatrió a 12 balseros cubanos

Guardia Costera de Estados Unidos repatrió a 12 balseros cubanos