El caso de Damir, el niño que lucha por su vida en el Hospital Pediátrico Juan Manuel Márquez de La Habana, refleja una vez más la crisis que vive el sistema de salud cubano, que el régimen castrista sigue presentando como una “potencia médica”.
El pequeño actualmente sufre de anemia severa, ha recibido transfusiones de sangre y continúa con dolores intensos.
Según reportaron activistas en redes sociales, su condición es crítica, no puede mantenerse por sí mismo y depende de un sondeo para sobrevivir.
A pesar de la gravedad de su situación, la dirección del hospital se negó rotundamente a facilitar el traslado del menor a la Embajada de Estados Unidos en Cuba, donde tenía una cita crucial para solicitar una visa humanitaria.
“El niño está con anemia fue transfundido tiene muchos dolores. No se sostiene por el mismo, está sondeado además y necesitamos una ambulancia para que pueda ir a la embajada. Ambulancia que negó el hospital”, escribió Lara Crofs en redes sociales.
En ese sentido, su madre, Eliannis Ramírez, responsabilizó a la dictadura y a las autoridades médicas por la salud de un niño que, a pesar de todo lo que tiene atravesar, se ha mostrado fuerte.
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Para nadie es un secreto que en los hospitales cubanos, muchos pacientes, especialmente los más vulnerables, como Damir, viven pendiendo de un hilo debido a la falta de recursos, equipos y personal capacitado.
Mientras el régimen cubano continúa alardeando de su sistema de salud, la realidad es otra: millones de ciudadanos padecen la ineficiencia y la desidia de un sistema que no cumple con las necesidades más básicas.
Se espera que, próximamente, Damir tenga acceso a una nueva oportunidad, esa misma que, hasta ahora, se están encargando de negarle de la forma más cruel posible.
Redacción de Cubanos por el Mundo
