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Arnaldo “Talismán” Rodríguez ya no sabe cómo ser más arrastrao

Arnaldo Rodríguez es el Talismán más arrastrao del Universo

Arnaldo Rodríguez el Talismán más arrastrao del Universo
Hace dos semanas Arnaldo tuvo un orgasmo cuando abrazó a Díaz-Canel

Si la lambonería tuviera un límite, Arnaldo Rodríguez ya lo habría sobrepasado hace rato. Pero no, siempre encuentra la manera de superarse. Esta vez, el líder de la agrupación Talismán se entregó con alma, vida y corazón a un abrazo con Miguel Díaz-Canel durante el acto por el Día de la Defensa en Cuba. Y, como si eso no fuera suficiente, se lanzó a Facebook para gritar su alegría al mundo:

“¡Inmensa alegría abrazarte en esta mañana verde olivo, de patria, de reafirmación!”

Poesía pura. Un texto digno de aparecer en un manual de aduladores profesionales.

No sorprende, sin embargo, pues no es la primera vez que se muestra como fiel escudero del poder. Desde su participación en eventos oficialistas hasta su entusiasmo en defender cada disparate gubernamental, su carrera ha tomado un rumbo que poco tiene que ver con la música y mucho con la propaganda. ¿Estrategia de supervivencia o verdadera convicción? Difícil saberlo.

Rodríguez ha pasado de ser un músico con pegajosos estribillos a convertirse en una suerte de trovador oficialista, siempre listo para componer la banda sonora de la propaganda castrista. Su más reciente “obra maestra”, Aquí no se rinde nadie, es una oda al aguante forzado del pueblo cubano en medio de apagones, ciclones y escasez, pero con una sonrisa estoica, como si de un cuento épico se tratara.

Su currículum de lealtades es largo. En 2020, dijo que le “divertía” hacer las interminables colas para comprar comida, porque, claro, la crisis se lleva mejor con un poco de humor revolucionario. Ese mismo año, recibió la condecoración Colectivo Vanguardia Nacional, una especie de medalla de oro al mejor portador de discursos prefabricados.

Por si había dudas de su devoción, también ha compuesto canciones con dedicatoria especial para aniversarios del régimen y celebraciones de sus organizaciones políticas. Temas licenciados por la EGREM y “bendecidos” por el Departamento Ideológico del Partido Comunista, como bien señalara el columnista Víctor Manuel Domínguez.

Pero tal vez el episodio más grotesco de su carrera fue su participación en un acto de repudio contra disidentes, dejando claro que su arte está al servicio del poder.

Ahora, con su abrazo de postal con Díaz-Canel, Rodríguez demuestra que siempre puede ir más allá en su papel de trovador del castrismo. Mientras el pueblo se cuece a fuego lento en la crisis, él sigue componiendo loas a quienes lo condenan a sobrevivir.

Mientras el país se hunde en apagones, falta de alimentos y crisis sin fin, Arnaldo sigue a lo suyo: abrazando al jefe con devoción y cantando en eventos donde el único requisito es no desafinarle al discurso oficial.

Con su efusivo abrazo con Miguel Díaz-Canel que ha dejado claro que, si el servilismo tuviera niveles, él ya habría desbloqueado el modo experto.

El abrazo no fue cualquier gesto casual. Fue un acto de entrega absoluta, de esos que parecen gritar: ¡Manda, que yo obedezco! Rodríguez, quien alguna vez fue conocido más por su música que por su devoción al poder, parece haber encontrado en el oficialismo su verdadera vocación. Ya no es solo un músico: es un propagandista con guitarra.

Written by Redacción CPEM

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