La Corporación CIMEX S.A. ha emitido una declaración oficial en respuesta al incidente ocurrido en la tienda Plaza Milanés-Ayllón de Matanzas, donde un custodio impidió el acceso a una niña en silla de ruedas, generando una ola de indignación en las redes sociales.
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Según la gerencia de CIMEX en la provincia, al conocer el suceso a través de las plataformas digitales, se conformó una comisión investigativa para analizar lo acontecido y sus posibles implicaciones. La investigación se basó en la Resolución 54/18 del Ministerio de Comercio Interior, que establece que a los clientes se les debe brindar un trato amable, transparente, equitativo, no discriminatorio ni abusivo.
El análisis determinó que el custodio violó varios artículos del Reglamento Disciplinario de la institución, incluyendo el maltrato de palabra, negligencia en el cumplimiento de sus funciones y la falta de atención eficiente a las necesidades y quejas de los clientes.
Como resultado, se decidió su separación definitiva del puesto. La gerencia enfatizó que no existe ninguna medida administrativa que prohíba el acceso a personas en sillas de ruedas, ya que esto contraviene las disposiciones constitucionales del país que garantizan igualdad de derechos para todos los ciudadanos.
Julio César Abreu Falcón, con 22 años de experiencia al frente de la Asociación Cubana de Limitados Físico Motores (Aclifim) en la provincia, señaló que, al conocer el incidente, se reunió con la gerente de la tienda y contactaron a la madre de la niña afectada. Abreu destacó la importancia de que, ante situaciones similares, los afectados se dirijan a las autoridades competentes o a organizaciones como la Aclifim para buscar soluciones inmediatas.
El tema de las barreras arquitectónicas en Cuba sigue siendo un chiste de mal gusto. Incluso en edificios relativamente nuevos, como la Plaza de Milanés y Ayllón, parece que nadie se tomó la molestia de incluir una simple rampa. La gerencia de la tienda, ahora con el agua al cuello tras el escándalo, dice que nunca estuvo de acuerdo con esas “fallas” y que va a buscar soluciones. Claro, porque antes del revuelo no se habían dado cuenta de que las personas con discapacidad también existen.
Este episodio deja en evidencia que la inclusión en Cuba es más teoría que práctica. No basta con discursos rimbombantes si luego te cierran la puerta en la cara (o en la rueda). Si de verdad se quiere evitar que cosas así sigan pasando, más que comunicados de prensa, haría falta que el respeto y la accesibilidad sean parte del día a día, no un favor que se concede cuando las redes estallan.
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