Marco Rubio asumió como interino de la USAID. Foto: Red Social X/@SecRubio
La reciente decisión de la administración Trump de desmantelar la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha dejado a varios medios independientes cubanos en una situación precaria, al suspenderse los fondos que sostenían parte de su labor informativa. Esta medida, que busca alinear la ayuda exterior con la política de “América Primero”, ha congelado la mayor parte de la ayuda extranjera, incluyendo el financiamiento destinado a medios que operan al margen del control gubernamental cubano.
Medios como CubaNet, con sede en Miami, y Diario de Cuba, radicado en Madrid, han recurrido a sus lectores en busca de apoyo financiero para continuar su labor. CubaNet, que en 2024 recibió $500,000 de USAID para promover un periodismo multimedia objetivo y sin censura entre los jóvenes cubanos, publicó recientemente un editorial solicitando donaciones: “Nos enfrentamos a un reto inesperado: la suspensión de una financiación clave que sostenía parte de nuestro trabajo. Si valora nuestro trabajo y cree en mantener viva la verdad, le pedimos su apoyo”.
Por su parte, Pablo Díaz Espí, director de Diario de Cuba, expresó: “La ayuda al periodismo independiente por parte del Gobierno de Estados Unidos está suspendida, lo que hace aún más arduo nuestro trabajo”.
Mientras los medios independientes lidian con la crisis financiera, la prensa estatal cubana ha aprovechado la situación para arremeter contra ellos. Según 14ymedio, desde los medios oficiales del régimen se ha celebrado la suspensión de la ayuda, insistiendo en la narrativa de que estos medios no son verdaderamente independientes.
El vicecanciller cubano Carlos Fernández de Cossío calificó a los medios financiados por USAID como “dependientes de su amo”, en un mensaje publicado en redes sociales. “¿Hay algo independiente en un periodista, activista u opositor que vive del dinero pagado por el gobierno de EE.UU.? Ahora se sienten asfixiados cuando les cierran el grifo”, agregó.
Un caso particular de burla y sarcasmo ha sido el del portal La Joven Cuba (LJC), que se ha regodeado en redes sociales con la crisis de financiamiento de otros medios. En una publicación, utilizaron la imagen del popular meme “Disaster Girl” para mofarse de la situación, dando a entender que ellos continúan sin problemas mientras otros ven arder sus fondos. Esta acción fue ampliamente criticada en el gremio periodístico independiente, pues contrasta con la falta de transparencia sobre sus propios mecanismos de financiamiento.
Nuestro medio, Cubanos por el Mundo, en un artículo publicado, señaló que La Joven Cuba ha recibido financiamiento de la Open Society Foundations, pero evita abordar este tema con claridad.
La nota señala cómo la excolaboradora de LJC, Laura Vargas, denunció que la dirección del medio nunca reveló la procedencia exacta de sus fondos. “Cuando pregunté por el origen de los fondos, siempre me decían que no era seguro hablar de eso a distancia, que lo discutiríamos en persona. Luego me sacaron del equipo sin explicaciones”, reveló Vargas.
Por su parte, la analista Alina Bárbara López aseguró tener pruebas de que el director de LJC había negociado con la Seguridad del Estado su permanencia en el país sin enfrentar represión. “Cuando activistas y periodistas independientes fueron acosados, ellos guardaron silencio. Ahora se burlan de quienes han perdido sus medios de vida”, denunció.
El silencio de los directivos de LJC ante estas acusaciones ha levantado sospechas sobre su verdadera independencia. Mientras el medio insiste en que no recibe financiamiento externo, sus detractores señalan que su permanencia sin problemas dentro de Cuba, a diferencia de otros periodistas acosados o exiliados, solo se explica por una relación cómoda con el régimen.
La suspensión de los fondos de USAID pone en riesgo la continuidad de los medios que ofrecen una perspectiva alternativa a la narrativa oficialista en Cuba. Muchos de estos medios han servido por años como fuente de información independiente para la población, que de otro modo solo tendría acceso a la versión gubernamental de los hechos.
Ante este escenario, las esperanzas de los medios independientes cubanos están puestas en la actuación del secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, quien hasta ahora no ha confirmado si restablecerá estos fondos, señala Reuters. En una conferencia de prensa en El Salvador, Rubio se limitó a señalar que “las funciones de la USAID van a seguir”, pero no aclaró si esto incluirá el financiamiento a los medios independientes en Cuba.
La situación actual plantea una reflexión profunda sobre el papel del periodismo independiente en contextos autoritarios y la importancia de buscar modelos de financiamiento sostenibles que garanticen la continuidad de una prensa libre y plural.
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