El pasado 9 de febrero de 2025, Eduardo Rodríguez Dávila, Ministro de Transporte de Cuba, asistió a la Asamblea Provincial de Balance anual del sector en Camagüey. Durante el encuentro, se reconocieron las múltiples dificultades que enfrenta el transporte en la provincia, incluyendo la escasez de repuestos esenciales como neumáticos y baterías, así como la falta de combustible. Estas carencias han provocado una reducción drástica en los servicios de ómnibus y ferroviarios desde y hacia la capital provincial.
A pesar de los intentos por minimizar los efectos de estas deficiencias en un artículo publicado en el diario oficialista Adelante, en el cual alegan que “se mueve” (el transporte), como el arrendamiento de vehículos y la transformación de ómnibus Diana en “carahatas”, los resultados han sido insuficientes. El servicio de arrendamiento cubre actualmente tres viajes diarios a Santa Cruz del Sur y beneficia a otros siete municipios, pero el transporte urbano sigue estando “muy deprimido”.
El ministro Rodríguez Dávila enfatizó la necesidad de una atención superior a las reparaciones de las terminales y la recuperación de locomotoras para el transporte de carga. Sin embargo, estas indicaciones parecen ser soluciones temporales que no abordan las causas profundas de la crisis del transporte en la provincia.
La situación es especialmente crítica en las zonas rurales, donde los problemas viales y la falta de transporte son tan graves que se han convertido en una de las principales razones para la emigración desde estas áreas. A pesar de proyectos como la reconversión de ómnibus en ferrobuses, estos esfuerzos no han logrado aliviar significativamente las dificultades de movilidad en estas comunidades.
Además, las medidas gubernamentales, como la imposición de precios topados para el transporte privado, han generado descontento entre los transportistas. En Camagüey, la aplicación de estas tarifas resultó en la ausencia de vehículos privados en la terminal de ferroómnibus, lo que agravó aún más la crisis de transporte en la región.
Es evidente que las soluciones propuestas hasta ahora no han sido efectivas para resolver los problemas estructurales del transporte en Camagüey. La falta de recursos, la infraestructura deteriorada y las políticas gubernamentales ineficaces continúan afectando negativamente la movilidad de los ciudadanos, especialmente en las zonas rurales.
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