Irina Falls, una madre cubana, compartió con gran tristeza el sufrimiento que atraviesa junto a su hijo de cinco años, diagnosticado con fibrosis quística, una enfermedad genética de carácter incurable que afecta principalmente los pulmones y el páncreas.
La situación del pequeño se complica aún más por una serie de condiciones adicionales, como la insuficiencia pancreática, sinusitis y prolapso rectal, que ponen en riesgo su salud de manera alarmante.
El estado nutricional del niño es otro de los puntos críticos. Irina expresó su preocupación al señalar que las dietas aprobadas en La Habana son cada vez menos adecuadas.
Hace un mes, la familia intentó resolver el problema acudiendo a la oficina de atención a la población del en Camagüey, pero la situación sigue siendo la misma: no se ha producido ninguna mejora.
“Fuimos al gobierno provincial de Camagüey para quejarnos sobre las dietas. Nos atendió la oficina de atención a la población hace un mes, y hasta ahora no hemos visto cambios. Los alimentos siguen siendo entregados en malas condiciones”, dijo la madre cubana.
La mujer también comentó sobre una donación de leche que, aunque ha logrado cubrir los seis meses anteriores, solo garantiza la nutrición de su hijo hasta este mes de febrero. Después de eso, la incertidumbre reina, ya que no sabe cómo conseguir los recursos necesarios para su hijo.
Pero los problemas no terminan ahí. La falta de medicamentos esenciales para tratar la fibrosis quística, como el modulador Trikafta y el aerosol Pulmozyme, agrava aún más la difícil situación.
Estos tratamientos son inaccesibles en Cuba (como muchísimos otros), dejando a las familias sin opciones para mejorar la salud de sus seres queridos.
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Otro factor que preocupa profundamente a esta madre cubana es la deshidratación que sufren los niños con esta enfermedad, debido a la excesiva pérdida de sal a través del sudor. Este factor, junto con la falta de tratamiento adecuado, empeora aún más la condición.
A pesar de todos estos obstáculos, Irina sigue con la esperanza de que algún día su hijo pueda acceder a los dispositivos necesarios para prevenir recaídas.
Lo cierto es que, mientras todo esto ocurre, el régimen sigue burlándose descaradamente del pueblo al presumir de su mal llamada “potencia médica”.
Redacción de Cubanos por el Mundo
