Un grupo de siete personas terminó supuestamente tras las rejas en Las Tunas tras un operativo que dejó al descubierto su vinculación con sustancias prohibidas.
Según reportó el aparato de propaganda del régimen en redes sociales, las autoridades, en un despliegue que involucró a efectivos del Ministerio del Interior y a miembros de organizaciones locales, irrumpieron en el Consejo Popular 1, Circunscripción 13, del municipio principal.
Allí, confiscaron una mezcla de marihuana, cocaína y papel del “kímico”, elementos que ahora sirven como prueba en un caso que se investiga bajo el cargo de tráfico de drogas.
“A siete ciudadanos les fueron ocupados marihuana, cocaína y papel químico, lo que constituye evidencia de este delito. Los imputados se encuentran detenidos en la Unidad Provincial de Investigación Criminal, donde se procesan por el delito de Tráfico drogas, mientras continúan las investigaciones”, se lee en la publicación.

Pero este caso de Las Tunas no es el único. Apenas la semana anterior, otro hecho similar sucedió en Guanabacoa, La Habana. En el barrio de La Favela, específicamente en el Callejón “El Sapo”, la policía desarticuló lo que describieron como un foco de distribución de estupefacientes.
Dos hombres, conocidos como Pablo Alexis y Ernesto, cayeron en la redada, donde se incautaron billetes en abundancia junto a restos del narcótico apodado “el Kimico”.
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Aunque el régimen insiste en presentar estos arrestos como una victoria en su cruzada contra el narcotráfico, la realidad pinta un cuadro más sombrío. Lejos de ser un control efectivo, estas detenciones no hacen sino reflejar cómo las drogas se cuelan cada vez más en el tejido social cubano, amenazando especialmente a los jóvenes.
Mientras alardea de su “tolerancia cero” y moviliza a sus fuerzas, el problema crece silenciosamente, exponiendo a la población a un peligro que no parece tener freno.
Redacción de Cubanos por el Mundo