Otro suceso relacionado con la delincuencia dejó inquietos a los habitantes de Bayamo, en la provincia de Granma, cuando un hombre fue detenido tras protagonizar lo que casi fue un atraco “exitoso”.
Según reportó el aparato de propaganda del régimen en redes sociales, ocurrió cerca del mediodía del pasado 27 de febrero, cuando el sujeto abordó a una joven en las inmediaciones de las calles Lora y Céspedes, no lejos de la sala de teatro.
Con una tijera en mano, la intimidó y le arrebató su celular, desencadenando una rápida reacción de los presentes.

Los vecinos, alertados por la situación, se coordinaron (supuestamente) con las autoridades locales y lograron capturar al responsable en cuestión de minutos.
El individuo, ahora bajo custodia, enfrentará un proceso judicial por el delito de robo agravado con uso de violencia.
“El pueblo, junto a fuerzas del orden, dieron rápida captura al autor, el que será puesto a disposición de los tribunales por el delito de Robo con Violencia en su modo agravado”, se lee en la publicación.
Este episodio en Granma pone de nuevo en evidencia la fragilidad de la seguridad en las calles cubanas. Aunque el aparato de propaganda intenta pintar estos arrestos como victorias contra la delincuencia, la realidad dista mucho de ser alentadora.
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Lejos de mostrar control, estos casos confirman que el crimen crece sin freno día tras día en la isla comunista. Los antisociales no distinguen entre género, raza o edad, y la ola de inseguridad se intensifica, dejando a la población en un estado de constante vulnerabilidad.
Mientras tanto, lo que la dictadura llama “la mejor policía del mundo” sigue reprimiendo a diestra y siniestra a los inocentes que claman por el fin de la pesadilla, en lugar de hacer frente a los verdaderos malhechores.
Redacción de Cubanos por el Mundo