Un panorama complicado sigue envolviendo la vida del pequeño Damir Ortiz Ramírez, quien lucha contra un agresivo linfoma de Burkitt.
El doctor cubano, Miguel Ángel Ruano, informó que el menor permanece en condición “grave inestable”, dependiendo de un ventilador con tubo endotraqueal para respirar.
A pesar de la delicada situación, los signos vitales del pequeño muestran cierta estabilidad: su saturación de oxígeno alcanza el 99%, su corazón late a 88 pulsaciones por minuto y su respiración se mantiene en 16 ciclos por minuto, parámetros que el especialista considera aceptables dadas las circunstancias.
En cuanto a su alimentación, el niño ingirió por sonda nasogástrica comida compuesta por siete onzas de yogur y tres de jugo, seguido de siete onzas de compota de mango.
“Igualmente, se cumplen sus medicamentos adecuadamente Amphotericin B, Piperacilina y vancomicina, por vía endovenosa”, señaló Ruano.
La complejidad del caso se agrava por la neurofibromatosis tipo 1 que padece Damir, una condición que ha debilitado aún más su cuerpo. Una resonancia reciente reveló tumores diseminados en su columna, dejándolo parapléjico y en constante peligro.
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A esto se suma la denuncia del doctor Ruano, quien el pasado lunes alzó la voz en redes sociales para cuestionar la falta de tratamientos esenciales. “¿Dónde está el monoclonal de Damir? ¡Búsquenlo ya!”, reclamó, criticando que, aunque Cuba presume de contar con terapias avanzadas como el monoclonal, estas no llegan a pacientes locales, reservándose para extranjeros que pagan precios elevados.
La familia de Damir solicitó una visa humanitaria para buscar ayuda en el exterior, pero el cruel sistema de salud cubano se negó a proporcionar la documentación necesaria, truncando esa esperanza.
Por su parte, su madre, Eliannis Ramírez, sigue luchando incansablemente por su pequeño, aun en medio del desgarrador dolor.
Redacción de Cubanos por el Mundo
