El pasado mes de febrero, Cuba registró un total de 139 actos represivos, según informó el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) en un reporte que pone en evidencia la persistente estrategia del régimen para acallar el descontento.
Este número abarca 20 detenciones arbitrarias y 119 incidentes adicionales que incluyeron hostigamientos, amenazas, citaciones policiales y vigilancia constante en los hogares.
Las provincias más golpeadas fueron La Habana, Santiago de Cuba y Camagüey, donde la presión se sintió con mayor intensidad.

Destaca que 51 de estas acciones se dirigieron específicamente contra presos políticos, reclusos comunes y sus allegados, lo que subraya un foco claro en silenciar a quienes desafían al sistema.
El OCDH detalla que las autoridades emplearon tácticas variadas para intimidar: desde acosos directos hasta el cerco de viviendas, dejando poco espacio para la disidencia.
Es importante recordar que, hace poco, el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) aportó que, en el mismo febrero, 609 manifestaciones sociales sacudieron a Cuba.
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Aunque esta cifra cayó un 11% respecto a las 684 protestas de enero, el OCC advierte que no se trata de una calma real. Los apagones masivos, que llegaron a durar 22 horas diarias, y las trabas al acceso a internet, dificultaron el registro de las quejas.
Entre algunos de los detonantes, 143 reclamos surgieron por el colapso de los servicios públicos, mientras que 145 expresaron la furia por la escasez de alimentos y el desvío de productos a tiendas en divisas, inaccesibles para la mayoría.
Estos datos siguen evidenciando que, en Cuba, el régimen sigue saliendo a las calles para arrestar a los inocentes, en lugar de hacer frente a la verdadera delincuencia que cada día toma más fuerza en cada provincia de la mayor de las Antillas.
Redacción de Cubanos por el Mundo