En la esquina de Enramadas y Alameda, en Santiago de Cuba, la noche del sábado se tornó caótica cuando un grupo de jóvenes decidió enfrentar a un supuesto ladrón.
El hombre, acusado de intentar robar un teléfono móvil, fue interceptado por la comunidad durante una fiesta al aire libre, frente al bar cafetería M’ka.
La escena compartida en redes sociales por el periodista Yosmany Mayeta, estuvo marcada por la furia colectiva, y dejó en evidencia la exasperación de los habitantes ante la delincuencia que sigue azotando tanto a esta ciudad como al resto de la isla.
El incidente comenzó cuando varias personas detectaron al individuo en el acto de apoderarse de un celular. Sin dudarlo, lo rodearon y, entre gritos y forcejeos, lo sometieron a golpes antes de arrastrarlo fuera del lugar.
En la grabación, una joven exclamó: “el teléfono lo encontraron”, mientras otra voz afirmó con firmeza: “Ya ese no lo vuelve a hacer”. Sin embargo, las imágenes no muestran claramente al acusado ni los detalles de la agresión.
La delincuencia, tanto en Santiago de Cuba como en el resto de la isla, no da tregua, y los propios ciudadanos, hartos de la inacción policial, se ven obligados a tomar medidas drásticas.
En este caso, como en otros recientes, la Policía del régimen castrista brilló por su ausencia. Lejos de combatir el crimen, las supuestas “fuerzas del orden” suelen enfocarse en reprimir a quienes alzan la voz contra la inseguridad y la impunidad, dejando a los inocentes desprotegidos.
Cabe recordar que, apenas unos días antes, en plena luz del día, vecinos de la misma ciudad detuvieron a otro asaltante que robó un teléfono en la vía pública, un reflejo más de esta tendencia preocupante.
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Estos episodios de justicia popular seguirán ocurriendo mientras la situación no cambie. La frustración crece, y los santiagueros, al igual que muchos cubanos, claman por soluciones que no llegan.
Redacción de Cubanos por el Mundo
