Un anciano ingresado en la sala de cirugía del cuarto piso del Hospital Nacional de La Habana enfrenta condiciones deplorables.
El paciente, quien aparentemente no cuenta con familiares que lo asistan, permanece en un estado de abandono que ha generado inquietud entre otros enfermos y sus acompañantes, según reportes que trascendieron en redes sociales.
Dentro de la mencionada institución médica, indicaron que el hombre padece tuberculosis, demencia y otras dolencias graves. Su higiene es tan precaria que presenta larvas en la piel, además de estar cubierto de heces y orina, lo que desprende un fuerte olor en la sala.
Un camillero afirmó, por su parte, que el anciano requiere una intervención quirúrgica urgente, pero el personal se niega a trasladarlo al quirófano. Alegan que su estado implicaría desinfectar completamente el área tras la operación, una tarea que prefieren evitar. Como resultado, el paciente permanece inmóvil en su cama, sin recibir atención adecuada.
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Peor aún, testigos afirmaron que durante la noche anterior, los gritos de dolor del anciano resonaron en el pasillo, pero la enfermera de turno no intervino, algo que, lamentablemente, ya es recurrente tanto en hospitales de La Habana como del resto del país. En cambio, pasó el tiempo conversando con otro colega.
El caso pone en evidencia al pésimo sistema de salud cubano. Mientras el anciano sigue desatendido, las preguntas sobre la gestión y el compromiso del personal crecen entre quienes presencian esta situación.
Muchos ancianos deben soportar los últimos momentos de sus vidas en condiciones extremas, sin dolientes por ningún lado.
Mientras situaciones como estas no dejan de reportarse en cada rincón de la mayor de las Antillas, el régimen castrista sigue burlándose descaradamente del pueblo al pregonar a los cuatro vientos su mal llamada “potencia médica”.
Redacción de Cubanos por el Mundo
