En un rincón apartado del noroeste de San Antonio, entre senderos silenciosos y calles poco transitadas como Braun Road y Mustang Ranch, la tranquilidad se quebró hace poco con el hallazgo del cuerpo sin vida de la joven cubana desaparecida.
Un voluntario que participaba en una intensa búsqueda tropezó con un descubrimiento aterrador: el cuerpo de Mariadelis Labrador, de 28 años, quien estaba en paradero desconocido desde el lunes anterior.
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La Oficina del Médico Forense del Condado Bexar confirmó la identidad de la joven, desatando una ola de preguntas que aún buscan respuestas.
Mariadelis, quien apenas había comenzado una nueva etapa en Texas tras mudarse en febrero para vivir con su novio Julio, salió de su hogar el 10 de marzo con rumbo al trabajo. Sin embargo, nunca llegó a su destino ni volvió a casa.
Julio, su pareja, relató que ella dejó atrás objetos esenciales como su cartera y su teléfono móvil, un detalle que encendió las alarmas entre quienes la conocían. “Yo pienso que hay una tercera mano, que ella no puede tener el control de su vida”, expresó Julio en una conversación con Univision 41 San Antonio, sugiriendo que algo o alguien pudo haber intervenido en su desaparición.
La búsqueda, que movilizó tanto a la Policía como a voluntarios y a una organización de rescate con perros entrenados, se centró en una zona que Mariadelis solía visitar. Allí, entre la vegetación y el terreno solitario, aparecieron también una pala, un machete y una estaca de madera. Las autoridades analizan si estos elementos guardan alguna conexión con el trágico desenlace, aunque por ahora no hay certezas.
Los perros, pese a su esfuerzo, no lograron seguir un rastro claro, y fue la perseverancia humana la que finalmente dio con el cuerpo.
Desde Cuba, los padres de la joven cubana habían lanzado un grito desesperado a través de un video, pidiendo pistas sobre su paradero. “Esta es la niña más amable del mundo para que le suceda algo, Dios Santo”, expresó su padre, con la voz rota por el dolor.
Mientras tanto, en San Antonio, Ismael Labrador, primo de la joven, viajó desde Florida para estar presente en el lugar donde la encontraron. Visiblemente frustrado, comentó que el médico forense no le permitió ver el cuerpo y rechazó de plano cualquier idea de que Mariadelis sufriera problemas de salud mental, como algunos habían insinuado.
El caso sigue envuelto en un velo de misterio. La Policía de San Antonio continuará investigando para desentrañar qué ocurrió en esas horas fatales, mientras el médico forense trabaja en establecer las causas precisas de la muerte.
Por ahora, las autoridades hacen un llamado a la comunidad: cualquier dato, por pequeño que parezca, podría ser clave para iluminar este oscuro capítulo.
Redacción de Cubanos por el Mundo
