En Santiago de Cuba, la policía detuvo a varios individuos señalados como responsables de asaltos violentos que han sembrado el temor entre los habitantes.
Los arrestos, realizados en distintos puntos de la ciudad, forman parte de una operación que el régimen castrista promociona como un supuesto esfuerzo por frenar la delincuencia. Sin embargo, lejos de inspirar confianza, estas acciones revelan la fragilidad de un sistema incapaz de contener la ola de inseguridad que golpea con fuerza creciente a la población cubana.
Entre los casos destacados, un sujeto identificado como Yasmani fue capturado en la avenida Las Américas, cerca del Estadio Guillermón Moncada, tras amenazar con un cuchillo a un joven para robarle su Samsung A11 y su billetera.
En otro acontecimiento, la policía recuperó algunos objetos, como una bicicleta, una cadena de oro y ropa que asaltantes de la misma localidad habrían arrebatado a otras víctimas en días previos.
Aunque el perfil de Facebook “Héroes del Moncada”, vinculado al MININT, exalta estos operativos, los ciudadanos denuncian que los robos con armas blancas son una constante que las autoridades no logran detener.
La desesperación de los vecinos en Santiago de Cuba también salió a flote en otros incidentes recientes. En la Avenida Garzón, un hombre acusado de robar teléfonos móviles fue interceptado y golpeado por residentes antes de que la policía apareciera, según informó Yosmany Mayeta Labrada en Facebook.
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Algo similar ocurrió en Enramadas y Alameda en días anteriores, donde un grupo de jóvenes confrontó a otro presunto ladrón durante una fiesta frente al bar M’ka.
Estos episodios muestran el hartazgo de una ciudadanía que, ante la inacción oficial, toma la justicia por su cuenta.
Lejos de ser una solución, los arrestos en Santiago de Cuba parecen un montaje del régimen para aparentar control. La realidad es otra: la violencia y los robos se multiplican, y la población, atrapada entre la delincuencia, seguirá enfrentando un futuro incierto.
Redacción de Cubanos por el Mundo
