Periodista secuestrado por el régimen relata el “infierno” que padece en la cárcel

José Gabriel Barrenechea, periodista cubano secuestrado hace cuatro meses por la dictadura, denunció desde la prisión La Pendiente, en Villa Clara, las condiciones infernales que enfrenta tras su arresto.

En un mensaje dirigido al medio independiente CubaNet, la víctima expresó: “Tras pasar meses preso, y tener como único horizonte un buen tiempo más en prisión, solo por participar en una manifestación pacífica y apolítica, nadie puede pedirme que sienta algo positivo por un sistema político, unas instituciones, y un cuadro dirigente, que son los responsables últimos de este infierno a que se ha reducido mi vida”.

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Cabe recordar que el comunicador fue detenido el pasado 8 de noviembre en Encrucijada, tras protestas desatadas por el colapso eléctrico nacional a raíz del huracán Rafael.

Inicialmente, lo retuvieron incomunicado en la Unidad de Instrucción Policial de Santa Clara, hasta que el 18 de noviembre lo trasladaron a su actual reclusorio. Allí, su salud se deteriora rápidamente: padece “desnutrición extrema, infecciones estomacales y de la piel, trastornos del sueño”, además de ansiedad y episodios depresivos que agravan su estado mental.

Barrenechea incluso recurrió a una huelga de hambre durante los primeros 10 días de encierro, un acto desesperado que alertó a sus seres queridos.

Entretanto, a sus 84 años, la madre del periodista, quien depende enteramente de él como único hijo y cuidador, quedó desamparada tras su detención. Amigos cercanos intentan asistirla, pero su delicada salud empeora ante la ausencia de Barrenechea.

Este drama familiar se suma a la lucha del reportero, quien aguarda un juicio por falsos delitos como “desorden público”, aunque las autoridades inicialmente contemplaron acusarlo de “sedición”.

“Mi participación personal en esa protesta pacífica y apolítica (pues los ciudadanos se basaban en la exigencia de servicio eléctrico), se concretó en estar allí, sin tocar calderos, y en tratar de mantener ese carácter pacífico y apolítico”, argumentó.

“No estoy por un ‘cambio de régimen’ de manera violenta. Como mis declaraciones y publicaciones lo demuestran, siempre lo he apostado todo a una evolución del actual sistema político, y a un acercamiento entre Cuba y Estados Unidos”, añadió.

La historia de Barrenechea expone las grietas de un régimen que reprime sin contemplaciones. Mientras tanto, los verdaderos delincuentes están en las calles, y siguen cometiendo sus fechorías con toda la libertad del mundo.

Redacción de Cubanos por el Mundo