Una mujer en La Habana vivió una experiencia agotadora y frustrante tras acudir al Hospital Calixto García en busca de atención médica por un persistente dolor en la pierna.
Lo que esperaba ser una consulta rápida se convirtió en un día entero de espera, negligencia y condiciones deplorables que dejaron en evidencia las carencias del sistema de salud cubano.
La cubana relató al periodista Alberto Arego que llegó al hospital el jueves por la mañana, pero no fue atendida sino hasta pasadas las 5:00 p.m., cuando finalmente apareció la doctora, quien venía desde el Clínico de 26.
“Es criminal esperar tantas horas”, afirmó con indignación. Según su testimonio, la angióloga apenas le dedicó tiempo: con un simple roce en las piernas y sin realizar pruebas clínicas, descartó cualquier problema serio.
“Apenas me preguntó detalles de lo que me sentía. Solo escuché palabras como ‘¿cuál es tu urgencia?’, con tono irónico”, relató la paciente, visiblemente molesta por la actitud despectiva.
Las condiciones del lugar también la impactaron profundamente. Describió un ambiente sucio, con una higiene casi inexistente.
“Una camilla y una silla de ruedas, montaban ahí a todo el mundo esté en la condición que esté y nadie le pasaba a esa silla y camilla, ni siquiera un poco de cloro para desinfectar”, denunció.
El calvario no terminó con la consulta inicial. La enviaron al ortopédico, pero este parecía más interesado en charlar con sus colegas que en atender a los pacientes que aguardaban en la puerta. “Hacían caso omiso a los que esperaban, mandaron a entrar cuando a ellos les dio la real gana”, explicó.
Al final, salió del hospital de La Habana cojeando, sin un diagnóstico claro, sin una radiografía y sin siquiera una indicación para aliviar el dolor que la llevó allí en primer lugar.
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Esta experiencia no es un caso aislado, sino un reflejo de la realidad que enfrentan muchos en la isla con la mal llamada “potencia médica” de la dictadura.
Lamentablemente, situaciones como estas ocurren a menudo en cada una de las instituciones médicas del país, dónde los pacientes, como si no tuvieran suficiente ya con sus enfermedades, deben lidiar con malos tratos y el deplorable estado de las instalaciones.
Redacción de Cubanos por el Mundo