Carlos Martín Gómez, un cubano que vive bajo un puente en Málaga, España, junto a su perra, denunció en TikTok el acoso constante de la policía local, que le confiscó múltiples veces los materiales con los que intenta resguardarse.
Martín Gómez expresó su frustración por promesas de ayuda que nunca se cumplieron. Relató que varias personas le ofrecieron empleo o vivienda, pero todo quedó en palabras. “Tuve cientos de seguidores que me ofrecieron trabajo, casas… uno me dejó plantado en el Eroski de la terminal, otro me llevó a Marbella a buscar un piso y nunca apareció”, narró con decepción.
También señaló que sufrió censura en redes sociales. “Me han cerrado varias cuentas de TikTok por lo que digo. ¿Cómo es posible que a un anticomunista como yo me censuran por decir la verdad?”, cuestionó.

En sus mensajes, aseguró que siempre buscó ganarse la vida honestamente, algo que, según él, pudo confirmar un trabajador del mantenimiento del río. “Pregúntenle si soy un alcohólico. Yo no robo, no le hago daño a nadie. Vivo y muero buscándome la vida honradamente”, defendió.
Contó que intentó construir refugios con materiales reciclados, algunos con permiso de los dueños de los terrenos, pero todos fueron demolidos por órdenes policiales. “Tenía negocio, llevaba la chatarra a Campanilla, trabajaba. Me levantaba todos los días a buscarme la vida”, afirmó, destacando su registro en la chatarrería Hermanos Olmedo.
El cubano criticó al gobierno español por desentenderse de su caso tras su llegada como exiliado político. “El gobierno español me trajo. Aquí me lavaron las manos como Poncio Pilato. Me soltaron y me dijeron: ‘búscate la vida’”, relató.
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También denunció un trato desigual, comparando su situación con la de otros que, según él, reciben beneficios. “Aquí están llegando cierta gente de ciertos países, rompiendo piso, amenazando, asaltando y atracando. Y no hay huevos para detenerlos. A ellos les dan un piso. A mí, que no le hago daño a nadie, me lo quitan todo”, sentenció.

Martín Gómez confesó que la situación lo agotó por completo. “Ya no puedo más. Esta vida que yo llevo… ya no puedo más”, admitió, tras detallar cómo los agentes le quitaron sus pertenencias. “Ha estado la policía aquí otra vez… esta mañana me lo quitaron todo y ahora salí yo con la carretilla a buscar los palets, para poder dormir yo y dormir con mi perra”, describió.
Insistió en que todo lo reunió por su cuenta. “Ahora vienen otra vez a quitarme los colchones y a quitarme todas las cosas. Todas estas cosas las he traído yo”, recalcó.
Con un tono de desafío, cerró su denuncia preguntando: “¿Qué quieren que yo haga? ¿Qué le meta un trastazo a uno para que me metan veinte años?”.
Su testimonio pone el foco en la dura realidad de quienes viven en la calle y claman por soluciones justas.
Redacción de Cubanos por el Mundo