El tiroteo en la Universidad Estatal de Florida (FSU) en Tallahassee dejó dos personas fallecidas el jueves, según informaron las autoridades.
Las víctimas, que no eran estudiantes, perdieron la vida en un ataque perpetrado por Phoenix Ikner, un estudiante de 20 años e hijo de una agente del sheriff del condado de Leon, quien fue detenido tras resultar herido.
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El incidente, ocurrido cerca del sindicato de estudiantes al mediodía, dejó además seis personas heridas. Un portavoz de Tallahassee Memorial HealthCare confirmó que uno de los hospitalizados se encuentra en estado crítico, mientras que los demás están graves.
La tragedia desató una respuesta inmediata de ambulancias, bomberos y múltiples agencias policiales, que acudieron al campus ubicado al oeste de la capital de Florida, tras una alerta de tirador activo.
Ikner, quien usó un arma de fuego perteneciente al equipo oficial de su madre, se negó a declarar ante la policía y solicitó un abogado.

Mientras tanto, el FBI colabora con la investigación, apoyando a la policía de FSU y al Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida.
Testigos relataron momentos de pánico. Joshua Sirmans, estudiante de 20 años, estaba en la biblioteca principal cuando las alarmas sonaron. “Los agentes nos escoltaron con las manos en la cabeza”, recordó.
Por su parte, Ryan Cedergren, de 21 años, describió cómo se escondió con otros en el boliche del sindicato estudiantil: “En ese momento, fue la supervivencia”.
La procuradora general Pam Bondi aseguró en redes sociales que el Departamento de Justicia está en contacto con el FBI en el lugar. Escuelas y guarderías cercanas cerraron como precaución.
Se espera que, en los próximos días, salgan a la luz nuevos detalles relacionados con este espantoso incidente que puso en vilo a todo el estado.
Redacción de Cubanos por el Mundo