Un presunto delincuente fue arrestado en La Habana Vieja tras robar una cadena de oro a un turista ruso el pasado hace pocos días.
Fue la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) la encargada capturar al supuesto sospechoso, un reincidente con historial de robo con violencia.
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Según perfiles ligados al castrismo en redes sociales, el asalto ocurrió en una transitada calle del casco histórico, donde el agresor arrebató el valioso objeto al visitante extranjero.
Gracias a la descripción proporcionada por la víctima, las autoridades identificaron al culpable, conocido por delitos similares.
“La víctima pudo identificar al agresor (un reincidente conocido). Se recuperaron evidencias clave (como el calzado dejado en la escena”, se lee en la publicación.
Ahora, la comunidad de La Habana espera que el supuesto ladrón no termine nuevamente en las calles como si nada hubiera ocurrido, como suele suceder con muchos casos a lo largo y ancho de la mayor de las Antillas.
En otro contexto, el régimen cubano, a través de sus plataformas propagandísticas en redes sociales, exagera estos arrestos para proyectar una imagen de control y eficacia.
Estas narrativas, como las difundidas en cuentas oficialistas, buscan encubrir las crecientes dificultades económicas y sociales que alimentan la delincuencia.
La maquinaria castrista manipula hechos como este para desviar la atención de su incapacidad para garantizar seguridad y bienestar, una táctica que el pueblo condena enérgicamente por su falta de transparencia y su intento de silenciar las verdaderas demandas de toda la comunidad.
De hecho, para nadie es un secreto que, en la isla comunista, aquellos que claman por un mejor país son tratados como los peores criminales, siendo encerrados en condiciones infrahumanas, mientras que quienes colaboran con su destrucción, actúan con total impunidad.
Redacción de Cubanos por el Mundo
