Mientras los cubanos enfrentan una severa escasez de combustible que afecta el transporte público y los servicios esenciales, el régimen comunista movilizó recursos para garantizar el despliegue de los actos oficialistas por el Día Internacional del Trabajo.
Medios de comunicación del castrismo confirmaron que decenas de autobuses fueron destinados a trasladar a trabajadores hacia las plazas principales del país, donde se realizarán los tradicionales desfiles en “apoyo” al régimen, y a donde asisten cubanos obligados y chantajeados en sus trabajos.
En Santiago de Cuba, por ejemplo, la empresa provincial de transporte organizó un operativo con 41 vehículos para facilitar la asistencia a la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, según detalló el diario local Sierra Maestra.

El plan incluye rutas reforzadas desde las 4:00 a.m. y la supervisión de funcionarios para “garantizar la calidad del servicio”. Sin embargo, esta movilización contrasta con la paralización habitual del transporte en la región oriental debido a la falta de combustible.
La decisión de destinar recursos limitados a los actos del Primero de Mayo ocurre en medio de una de las peores crisis económicas en décadas, caracterizada por apagones prolongados, desabastecimiento de alimentos y el colapso de servicios básicos. Mientras la población sufre las consecuencias, las autoridades comunistas insistieron en presentar los desfiles como una muestra de “unidad y apoyo a la Revolución”.

La medida mantiene en rechazo a la población, que ven en ella una priorización de la propaganda política sobre el bienestar ciudadano.
Analistas señalan que el régimen, lejos de atender las urgencias económicas, insiste en mantener rituales políticos para proyectar una imagen de control y tratar de mantener engañado al mundo sobre las decadencias que se viven en la isla.
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Redacción Cubanos por el Mundo