En La Habana, autoridades detuvieron a varios individuos acusados de presuntamente atacar ómnibus del transporte público con piedras y objetos contundentes, causando lesiones a pasajeros y conductores, además de daños materiales que dejaron los vehículos inoperativos.
La Fiscalía General de la República, citada por la prensa oficialista, como de costumbre con sus reportes incompletos, no detalló el número de arrestados ni la cantidad de incidentes, pero confirmó que los sospechosos enfrentan prisión provisional mientras avanzan las supuestas investigaciones.

La Fiscalía destacó que los ataques, que dañaron parabrisas y puertas de los ómnibus, afectan “bienes jurídicos de elevada significación para la sociedad”.
En ese sentido, las autoridades de La Habana planean imponer sanciones acordes con la gravedad de los hechos, las circunstancias y el comportamiento de los implicados, y prometieron informar oportunamente sobre el proceso… ahora falta que sea verdad.
La nota oficial, que como siempre no desperdició una oportunidad para culpar del “embargo de Estados Unidos” a todas las penurias que ellos mismos causan, describió las condiciones como “difíciles” y resaltó los esfuerzos para mantener el servicio.
Cabe subrayar que las agresiones contra el transporte público se han intensificado en las últimas semanas en la capital cubana, complicando aún más la movilidad.
Un caso reciente, denunciado a finales de abril por la Empresa Provincial de Transporte de La Habana, involucró el apedreamiento de un ómnibus de la ruta P13, que resultó con un ventanal destrozado.
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Las autoridades condenaron estos comportamientos, afirmando que “no guardan relación con la ética, solidaridad y los valores que caracterizan a nuestro pueblo”.
“Necesitamos poner un STOP a esta situación antes de que nos quedemos sin opciones de transporte”, escribió por su parte la cuenta de Transportación Habana TH tras el mencionado ataque.
Redacción de Cubanos por el Mundo