Robert Francis Prevost, elegido el 8 de mayo de 2025 como el 267.º Papa de la Iglesia Católica bajo el nombre de León XIV, es una figura que combina una trayectoria de servicio con profundas raíces en la humildad y el compromiso pastoral.
Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, Prevost emerge como el primer pontífice estadounidense en la historia, un hito que refleja la creciente diversidad de la Iglesia Católica y su alcance global.
Hijo de una familia católica de clase trabajadora con ascendencia francesa y española, Prevost creció en los suburbios del sur de Chicago, cerca de Dolton, en un entorno donde la fe y la comunidad eran pilares fundamentales. Desde temprana edad mostró una vocación clara: a los 13 años, según relatos de compañeros de escuela, ya expresaba su deseo de dedicarse a la vida religiosa.
Estudió en la Mendel Catholic Preparatory High School y, posteriormente, ingresó a la Orden de San Agustín en 1977, una congregación conocida por su énfasis en la vida comunitaria y el servicio pastoral. Su formación incluyó estudios de filosofía y teología, que culminaron con su ordenación como sacerdote en 1982.
Servicio misionero y liderazgo en Perú
La vida de Prevost tomó un rumbo internacional cuando fue enviado como misionero a Perú en la década de 1980. Durante más de dos décadas, trabajó en comunidades marginadas, especialmente en el norte del país, donde su cercanía con los pobres y su enfoque pastoral dejaron una marca significativa. En 1999, fue nombrado obispo de Chiclayo, Perú, y en 2015 adquirió la ciudadanía peruana, un reflejo de su profunda conexión con el país.
Su labor en Perú no estuvo exenta de controversias: enfrentó críticas por su manejo de casos de abuso sexual por parte de clérigos, un tema que marcó su carrera y que, según analistas, podría influir en su pontificado al priorizar políticas de transparencia y protección.
Ascenso en la jerarquía eclesiástica
En 2001, Prevost fue elegido prior general de los agustinos, liderando la orden desde Roma durante dos mandatos consecutivos hasta 2013. Este rol le otorgó una visión global de la Iglesia y lo posicionó como un administrador hábil y pragmático. En 2014, el Papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, y un año después, obispo titular.
Su cercanía con Francisco se consolidó en 2020, cuando fue designado miembro del Dicasterio para los Obispos, y en 2023 asumió como prefecto de este organismo, uno de los cargos más influyentes en el Vaticano, encargado de supervisar el nombramiento de obispos en todo el mundo.
Además, fue presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, reforzando su conexión con la región que alberga a la mayor población católica global.
La elección de Prevost como Papa León XIV, anunciada tras el cónclave, sorprendió a muchos por romper con la tradición de papas europeos o latinoamericanos.
Prevost es descrito como un “centrista con inclinaciones progresistas” en temas sociales, como la atención a los pobres, los migrantes y las cuestiones de desigualdad, aunque su experiencia en derecho canónico lo posiciona como un puente entre reformistas y tradicionalistas.
Redacción Cubanos por el Mundo
