En el cementerio de Guanabacoa, La Habana, desconocidos robaron las argollas de bronce de numerosas tumbas, un acto que indignó a los visitantes y desnudó el abandono del lugar.
Así lo reportó en redes sociales el perfil La Tijera, indicando que la profanación ocurrió en un camposanto histórico, donde yacen figuras destacadas de la localidad.
Un residente, que acudió a rendir homenaje a sus seres queridos, descubrió que las piezas metálicas de las lápidas habían desaparecido.
El hurto, según testigos, afecta a la mayoría de las sepulturas, dejando un panorama de desolación.
De hecho, en la misma publicación, usuarios aprovecharon para exponer sus casos. “Así mismo es, y me sumó a este comentario, ya que la tumba de mi familia ha sido usurpada, donde me dirijo a la oficina del cementerio nuevo e hice la reclamación. Sin exageración pueden visitar todas las tumbas del cementerio que están sin argolla”, dijo un internauta.
El deterioro del cementerio agrava la situación. Las zonas verdes están descuidadas, las estructuras lucen desgastadas y los colores de las tumbas se han desvanecido.
Este escenario refleja una falta de mantenimiento que los habitantes atribuyen a la inacción de las autoridades de La Habana y la Dirección Municipal de Comunales.
En ese sentido, tanto el perfil citado como la comunidad exigen medidas urgentes para proteger este sitio de valor histórico y cultural.
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Mientras tanto, el robo de las argollas no solo representa una pérdida material, sino un agravio a la memoria de los fallecidos y sus familiares.
Las autoridades no han emitido declaraciones sobre posibles investigaciones o planes para restaurar el cementerio, evidenciando así que combatir la delincuencia no es tan importante como sí lo es, para ellos, reprimir a inocentes y aumentar el número de presos políticos.
Redacción de Cubanos por el Mundo
