El pan normado, un alimento básico en la canasta familiar cubana, continúa desaparecido en las bodegas de Camagüey debido a la falta crónica de harina de trigo.
A pesar de que el problema se arrastra desde hace meses, las autoridades comunistas no ofrecen soluciones concretas ni plazos para normalizar su distribución.
Luis Camacho, director provincial de la Empresa Alimentaria (EPIA), admitió que las bajas cantidades de harina recibidas impiden cumplir con las entregas establecidas. “Las cantidades que llegan no alcanzan ni para lo mínimo”, reconoció ante la prensa castrista.
La provincia requiere más de 36 toneladas diarias de harina, pero el suministro actual es insuficiente, dejando a la mayoría de los consumidores sin acceso al pan.
Ante la escasez, las autoridades comunistas, intentan calmar al pueblo diciendo que están priorizando los hospitales, escuelas y el Sistema de Atención a la Familia (SAF), mientras el resto de la población debe esperar.

Esta medida no es nueva: a finales de 2024, el régimen redujo el peso del pan de 80 a 60 gramos y bajó su precio a 75 centavos, argumentando que así se extendería su disponibilidad. Sin embargo, la medida no resolvió el problema, y “situaciones tecnológicas y de disponibilidad del trigo” obligaron a interrumpir su producción en varias ocasiones.
Ahora, se sugiere priorizar a niños menores de 13 años, aunque incluso esto dependerá de la llegada de recursos. “La frecuencia estará sujeta a la factibilidad de los suministros”, advirtieron las fuentes oficiales. Mientras tanto, repiten la promesa de que “a fin de mes podría mejorar el abastecimiento”, una promesa repetida de las que nunca cumplen y en las que los cubanos no creen.
Por su parte, en Guantánamo, desde el 9 de mayo, el pan normado solo se vende a niños de 0 a 13 años y a instituciones priorizadas.
En Santiago de Cuba, la distribución es rotativa: cuando llega un camión con harina desde La Habana, se asigna a un municipio, dejando al resto en espera indefinida. Allí, el precio en el mercado informal ha llegado a 50 pesos por una “bola” de pan.
Mientras tanto los cubanos siguen pasando hambre, con ingresos insuficientes para alimentarse bien y sin poder ofrecerle una alimentación balanceada a su familia.
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Redacción Cubanos por el Mundo