El joven preso político de 24 años, Nelson Caballero Díaz, recibió una condena de ocho meses en Jimaguayú, Camagüey, por protestar pacíficamente contra un corte eléctrico que dejó sin servicio a su comunidad por más de 15 horas.
El Tribunal Municipal lo sentenció por instigación a delinquir tras una manifestación el 18 de octubre de 2024, en la que vecinos expresaron su descontento con cacerolazos y consignas.
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El falso juicio, realizado el 27 de abril, redujo la pena inicial de un año a ocho meses, según relató Daimara Aliaga, esposa de Caballero y madre de sus dos hijos pequeños.
Por supuesto, está claro que el joven preso político no merece ni pasar un segundo más en la prisión, puesto que no cometió ningún delito real.
Actualmente, el joven permanece en la prisión Kilo 7, tras pasar por una unidad policial en la capital provincial y el centro Cerámica Roja.
Aliaga expresó resignación ante la situación en conversación con Martí Noticias: “Tampoco uno puede hacer nada. Si de todas maneras ya está ahí y ya prácticamente con el favor de Dios va a salir”.
Además, señaló que Caballero no ha sido trasladado a un correccional, donde podría trabajar o recibir permisos de salida, y las autoridades no han aclarado si lo harán.
“Si es por la cuenta que nosotros llevamos, desde el mismo día que lo cogieron, el día 17 del mes que viene debe de salir”, añadió.
La protesta, en la que solo Caballero enfrentó cargos penales, refleja un contexto de creciente malestar por interrupciones eléctricas en Cuba, y muchas otras penurias.
De igual forma, vuelve a dejar en evidencia que la represión en Cuba lejos de disminuir no hace más que aumentarse con el paso del tiempo.
De hecho, para nadie es un secreto que en la isla comunista, esa es la que el régimen castrista lleva generando caos desde hace casi 70 años, los verdaderos delincuentes caminan a sus anchas por las calles del país, matando, robando, y violando sin ser perseguidos por absolutamente nadie, mientras que aquellos que simplemente salen a la calle a hacer uso de su derecho a la libertad de expresión, terminan en una celda como si fueran los peores criminales del planeta.
Redacción de Cubanos por el Mundo