Yosvany Rosell García, preso político en Holguín por su participación pacífica en las históricas manifestaciones del 11 de julio del 2021, lucha por su vida tras ser diagnosticado con tuberculosis.
Actualmente internado en el área médica de la prisión Cubasí, su estado de salud es crítico, según informó el centro penitenciario a su esposa, Mailin Sánchez.
Trascendió que la salud de Rosell García se ha deteriorado progresivamente. Una huelga de hambre previa lo llevó al borde de la muerte, y ahora la tuberculosis agrava su condición.
Como suele suceder en la isla comunista, las autoridades del régimen castrista no han proporcionado detalles sobre el tratamiento que recibe, lo que genera preocupación sobre la atención médica en la prisión.
El caso de este preso político resalta los riesgos que corren aquellas personas secuestradas en Cuba solamente por hacer uso de su derecho a la libertad de expresión.
En un gesto de solidaridad, Mike Hammer, Jefe de Misión de Estados Unidos en Cuba, visitó ayer a Mailin Sánchez para expresar su apoyo.
Sin embargo, el encuentro se vio empañado por la violencia: otros familiares que intentaban asistir fueron agredidos y detenidos por las autoridades.
Estos incidentes subrayan las tensiones que persisten en torno a los derechos de los disidentes y sus familias.
Como Yosvany, son muchísimas las personas que permanecen encerradas en las mazmorras castristas en condiciones infrahumanas, padeciendo torturas físicas y psicológicas, además de enfermedades, que ponen en serio peligro sus vidas.
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Al mismo tiempo, centenares de delincuentes azotan las calles de cada rincón de la mayor de las Antillas, cometiendo asesinatos, robos, violaciones, y pare de contar, sin ser perseguidos por nadie.
Para nadie es un secreto que en Cuba, la policía al servicio del régimen castrista se empeña en castigar a quienes no lo merecen.
Redacción de Cubanos por el Mundo
