El preso político Alexander Díaz Rodríguez, encarcelado tras las protestas del 11 de julio de 2021, enfrenta un agresivo cáncer de tiroides sin recibir el tratamiento que su estado requiere, lo que pone en serio peligro su vida dentro de las mazmorras.
Aunque fue diagnosticado desde octubre de 2022, sigue detenido sin acceso a la cirugía que podría salvarle la vida, lo que ha encendido las alarmas entre defensores de derechos humanos y familiares.
Según un mensaje difundido por el Centro por una Cuba Libre, en la voz de la madre de este preso político, las autoridades del régimen han rechazado en tres ocasiones la solicitud de licencia extrapenal que permitiría tratarlo de forma adecuada.
Moraima Rodríguez Batista, ha suplicado públicamente por su liberación, asegurando que su hijo se deteriora día tras día ante la mirada indiferente del sistema penitenciario.
Asimismo, la mujer denunció que fue golpeada y agredida cuando intentó entregar la documentación necesaria para pedir el permiso humanitario.
“Lo único que quiero es que mi hijo pueda vivir”, declaró en el audio difundido por la organización.
Rodríguez también señaló que ha sido víctima de maltratos y obstáculos constantes para ejercer sus derechos como familiar.
Por otro lado, se conoció que Díaz Rodríguez fue internado brevemente en el hospital Abel Santamaría en abril, luego de presentar vómitos con sangre, pero pocos días después fue trasladado a un centro de trabajo forzado en el Cabo de San Antonio, donde fue obligado a producir carbón, a pesar de su delicado estado físico.
Además del abandono médico, su madre denunció que las autoridades penitenciarias mantuvieron al preso político en aislamiento durante más de seis meses, tiempo en el que madre e hijo fueron manipulados con falsedades para impedir que se vieran.
A ella le decían que él se negaba a recibirla; a él, que ella nunca se presentaba. “Nos torturaron psicológicamente”, afirmó con contundencia.
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Alexander Díaz Rodríguez es una de la larga lista de personas encerradas en mazmorras del régimen castrista, solamente por hacer uso de su derecho de la libertad de expresión, precisamente para exigir el fin de este tipo de atrocidades que no dejan de cometerse en la isla comunista.
Mientras los presos políticos de Cuba son tratados de la peor forma posible, padeciendo torturas físicas y psicológicas, así como condiciones infrahumanas, los verdaderos delincuentes continúan a sus anchas por la calle del país, matando, robando y violando, con toda la libertad del mundo.
Redacción de Cubanos por el Mundo
