Tres ciudadanos cubanos fueron sentenciados a prisión tras declararse culpables de participar en un intento de robo a un invernadero de marihuana en la localidad de Coleman, Michigan.
Según reportó la prensa local, el hecho ocurrió en la madrugada del 16 de julio de 2023, cuando irrumpieron armados en una propiedad rural con el objetivo de sustraer cannabis en grandes cantidades para su posterior reventa.
Yoany Álvarez-Antuna, de 42 años, Addier Mejía-Torres, de 50, y Andy Gómez-Niebla, de 39, enfrentaron cargos federales por conspiración para interferir con el comercio mediante robo, en virtud de la Ley Hobbs.
El juez Thomas L. Ludington dictó sentencia el pasado jueves 5 de junio: Álvarez-Antuna recibió una pena de 40 meses de prisión, mientras que Mejía-Torres y Gómez-Niebla fueron condenados a 46 meses cada uno.
Trascendió que el operativo fallido involucró a al menos seis hombres enmascarados, equipados con armas, herramientas de robo y ropa de camuflaje. Intentaron forzar la entrada a un granero ubicado en West Shaffer Road, donde se cultivaba marihuana sin licencia.
El intento fue frustrado por el dueño de la propiedad, quien abrió fuego e hirió a uno de los intrusos. Las cámaras de vigilancia alertaron a las autoridades, que llegaron alrededor de las 2:30 a.m. y detuvieron a los sospechosos poco después.
Durante el procedimiento, los investigadores incautaron 227 plantas de marihuana y más de 60 kilos de cannabis procesado.
Aunque se confirmó que los invasores estaban armados, los peritajes balísticos demostraron que solo el propietario disparó.
Entretanto, los tres cubanos aceptaron su responsabilidad en el intento de robo y firmaron acuerdos de culpabilidad. Álvarez-Antuna y Mejía-Torres, ambos con residencia irregular en Estados Unidos, trabajaban como jornaleros en sectores como la agricultura, gas y construcción.
En los alegatos, sus defensores pidieron sentencias reducidas argumentando que actuaron por necesidad económica, para sostener a sus familias en Cuba y en territorio estadounidense.
Mejía-Torres, quien ingresó al país en 2023 tras huir del régimen cubano, no contaba con antecedentes penales. Su abogado citó estadísticas federales para proponer una pena menor.
Por su parte, Álvarez-Antuna, residente desde hace más de veinte años, alegó que buscaba costear los estudios de enfermería de su hija.
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Ambos esperan cumplir condena en centros de detención federales y planean aprovechar el tiempo en prisión para cursar programas educativos.
Aunque inicialmente la fiscalía intentó aumentar las penas por el uso de armas, los jueces rechazaron esa solicitud tras confirmarse que no hubo disparos por parte de los acusados.
El caso se enmarca en una investigación más amplia que involucra a otros acusados cubanos. Roberto Padrón Álvarez, quien también se declaró culpable en esta causa, aguarda sentencia.
Lo mismo ocurre con Yuan Biart González, acusado además de posesión de armas durante un delito vinculado al narcotráfico. Un sexto implicado, Jorge García Santiago, aún enfrenta cargos pendientes.
Redacción de Cubanos por el Mundo
