La activista cubana, Donaida Pérez Paseiro, deberá regresar a prisión tras la revocación de su libertad condicional por decisión del Tribunal Provincial Popular de Villa Clara.
La medida, que fue notificada el martes, obliga a Pérez a cumplir el resto de su condena en un centro penitenciario, luego de que las autoridades judiciales consideraran que incumplió los requisitos establecidos tras su excarcelación, es decir, la misma excusa que han utilizado con quienes han sufrido esta justicia.
El fallo se sustentó en un informe emitido por el juez de ejecución y control del municipio de Placetas, quien alegó que la opositora supuestamente no cumplió con sus deberes laborales y desatendió una citación judicial.
Es importante recordar que Donaida Pérez Paseiro había sido liberada provisionalmente en enero como parte del acuerdo entre el régimen cubano y el Vaticano.
Pérez Paseiro había sido sentenciada a ocho años de prisión y, tras un breve período fuera de la cárcel, deberá terminar su condena bajo un encierro que no merece, tal y como cada uno de los presos políticos secuestrados en la isla comunista.
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La revocación de su libertad anticipada ha sido interpretada por distintos sectores como un castigo por su activismo y por su reciente reunión con representantes diplomáticos extranjeros, como por ejemplo, Mike Hammer, ocurrida el pasado mes de abril.
Es pertinente recalcar que el esposo de Donaida Pérez, el sacerdote yoruba Loreto Hernández, también permanece secuestrado por la dictadura en un alarmante estado de salud, algo que, por supuesto, no le interesa en lo más mínimo a la cruel dictadura.
En la isla comunista, los inocentes son encerrados en las mazmorras, mientras que los verdaderos delincuentes siguen haciendo de las suyas con total impunidad.
Redacción de Cubanos por el Mundo