Una reciente investigación reveló como la nieta de Raúl Castro, Lisa Titolo, está involucrada en la importación de cemento desde Estados Unidos por medio de una red que evade el embargo de EE. UU. a entidades de la dictadura castrista, para utilizarlo en uno de sus negocios en La Habana.
En ese sentido, en la investigación publicada por CubaNet este lunes 16 de junio se precisó que, en 2023, Cuba importó alrededor de 35 toneladas métricas de cemento, valoradas en 5 mil 870 dólares.
Aunque la cantidad es mínima, y desde Cuba se importa cemento desde otros países como Panamá, Canadá y España, el estadounidense es de mejor calidad, por lo que este envío se trató de un caso “especial” para atender un requerimiento de la familia gobernante en la isla.
La importación del mencionado material para la construcción, escaso en una isla en donde las casas se caen a pedazos y la producción está en caída libre, se ejecutó por medio de una red de malversación de fondos del exterior a través de los llamados Proyectos de Desarrollo Local (PDL), que hasta 2024 fueron financiados por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación en Cuba.
¿Cómo se compró el cemento desde EE. UU. a Cuba?
CubaNet pudo confirmar con fuentes vinculadas a la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZED), y más específicamente con la Terminal de Contenedores (TC), que de acuerdo con los registros aduanales, dos envíos de cemento provenientes de EE.UU., distribuidos en sendos contenedores de 20 pies de capacidad, arribaron a Cuba entre los días 12 y 24 de febrero de 2023.
La carga permaneció en ese enclave hasta el 10 de marzo, cuando finalmente fue liberada por la Aduana General de la República para los destinatarios Antonio D. Chang, de la Empresa Constructora Puerto Carena, de la Oficina del Historiador de la Ciudad; y María de la Caridad Sánchez, de la Empresa Provincial de la Construcción, perteneciente al MICONS, aunque subordinada al Gobierno de La Habana.
Estas importaciones se hicieron a nombre de personas naturales, pero el material y los impuestos aduanales habrían sido asumidos por las empresas estatales que representan, de acuerdo con información proveniente de fuentes vinculadas a la Oficina del Historiador y al Gobierno provincial de La Habana, que además señalan como beneficiarios finales a varios emprendimientos privados de la capital. Estos negocios son presuntamente apoyados por los gobiernos municipales como “Proyectos de Desarrollo Local (PDL)”, con lo cual se justificaba la utilización de fondos estatales.
Tamara Fundora, una exfuncionaria del Gobierno provincial de La Habana y vinculada a la oficina encargada de la administración de los fondos, explicó que, por el embargo no es posible hacer una transacción a nombre del régimen en La Habana ni de la Oficina del Historiador, ni a una persona con familiares sancionados por la OFAC, razón por la cual en ninguno de los documentos referentes a la importación de este cemento aparece el nombre de Lisa Titolo Castro, quien fue la destinataria final del cargamento.
“Obligatoriamente, hay que hacerlo a una persona en EE.UU. que actúa a modo personal, y ya por ahí alguien se beneficia al menos de una parte de ese dinero, y es por eso, solo por eso, que se eligió traer el cemento desde EE.UU.”, agregó.
¿Dónde se usó el cemento comprado en EE.UU.?
Este cemento proveniente de EE.UU. “se dedicó a la reparación de al menos dos locales destinados a la actividad de comercio minorista de pequeñas “empresas privadas”, y como parte de un Proyecto de Desarrollo Local (PDL) de los gobiernos de los municipios Playa, Plaza de la Revolución y Habana Vieja, que probablemente terminó extendiéndose de modo fraudulento a la construcción, reparación y ampliación de al menos dos viviendas en el reparto Siboney. Coincidente, una de ellas con la ocupada por los dueños y arrendatarios de los locales de venta”, indicó la investigación.
Entre los locales rehabilitados con este cemento importado desde Estados Unidos, se encuentra el de Gaiga, una “microempresa” perteneciente a la nieta de Raúl Castro, Lisa Titolo Castro.
Fundora apuntó que, el cemento no se podía entregar directamente a los PDL seleccionados, sino que había que canalizarlos a través de un organismo reconocido por los suizos, y en este caso fue la Oficina del Historiador.
De igual manera, agregó que, la justificación para la importación de ese cemento era su empleo en una obra de restauración, aunque después, por el mismo programa de los PDL, se usó en la rehabilitación de locales, uno en Plaza, que es el que ocupa el mercado Gaia, en calle F, y otros dos en Habana Vieja y Playa, pertenecientes al mismo PDL de Gaia.
“Estos fueron quienes solicitaron que la importación se realizara desde EE.UU. Repito: así las condiciones del embargo justificaban que los fondos se transfirieran de persona a persona; es dinero pasando de un lugar a otro sin demasiado control”, añadió.
La red de malversación de la familia Castro
La familia Castro, a través de microempresas como Gaia, ha tejido una compleja red de malversación de fondos provenientes del exterior, canalizando recursos destinados al supuesto “sector privado en Cuba” hacia negocios vinculados a sus intereses personales.
En el centro de este esquema se encuentra Lisa Titolo, nieta de Raúl Castro, quien ha importado cemento desde Estados Unidos para sus múltiples emprendimientos, evidenciando un patrón de explotación de las oportunidades económicas en la isla para beneficio propio.
Lisa Titolo, hija de Mariela Castro, ha aprovechado el marco de los “proyectos de desarrollo local” para importar cemento desde EE.UU., un recurso crítico en un país donde la construcción enfrenta constantes limitaciones.
La microempresa Gaia, administrada por Titolo, es un ejemplo claro de cómo la familia Castro utiliza estructuras aparentemente legales para desviar fondos internacionales.
Estas microempresas, promovidas bajo el discurso oficial de fomento al sector privado, sirven como canales para captar inversiones extranjeras y recursos que, en lugar de beneficiar a la economía cubana, se concentran en manos de la élite gobernante.
Asimismo, la investigación de CubaNet señala que los “proyectos de desarrollo local” son un mecanismo diseñado para facilitar este desvío, permitiendo a la familia Castro mantener un control económico y político mientras proyectan una imagen de supuesta apertura al emprendimiento.
Lea aquí la investigación completa de CubaNet
Redacción Cubanos por el Mundo