Durante mayo, Cuba registró 295 incidentes represivos, según un informe de Cubalex, en medio de un agravamiento de la crisis social, económica y de seguridad que sacude al país.
La represión del régimen, dirigida principalmente contra activistas, presos políticos y ciudadanos comunes, se intensificó en provincias como La Habana, Santiago de Cuba y Matanzas, afectando a 211 personas.
El deterioro de las condiciones de vida marcó el mes, con apagones prolongados de hasta 36 horas que desataron unas 30 protestas ciudadanas.
A esto se sumó la dolarización del servicio de internet, una medida que, claramente, busca limitar la libertad de expresión en un contexto de creciente descontento.
Por otro lado, la precariedad en salud, alimentación y servicios básicos, junto con un colapso demográfico que ha reducido la población a menos de 10 millones de habitantes, según datos oficiales, ha generado un entorno de inestabilidad.
La violencia en Cuba mostró un aumento alarmante, con 90 hechos documentados. Entre ellos, se reportaron 11 asesinatos, incluido uno perpetrado por un menor en una escuela.
Además, los asaltos con armas blancas, robos, estafas y el consumo descontrolado de drogas evidencian una creciente descomposición social.
Pese a todo, la dictadura ha priorizado la vigilancia y el control sobre la población en lugar de abordar la inseguridad.
La represión institucional se manifestó en 643 casos de hostigamiento, incluyendo detenciones arbitrarias, traslados forzosos, operativos policiales y violencia directa. Los grupos más afectados incluyeron presos políticos, activistas, afrodescendientes y defensores de derechos humanos.
En cuanto a las cárceles se han convertido en centros de castigo sistemático. Cubalex reportó graves violaciones, como la negación de atención médica a presos políticos con problemas de salud.
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A esto se añaden dos nuevas muertes de jóvenes en servicio militar, elevando a 12 los casos registrados en 2025, sin que las autoridades hayan asumido responsabilidad.
A pesar de la crisis, el enfoque de la cúpula castrista sigue centrado en reprimir a quienes claman por un país libre, dejando desprotegidas a las víctimas de la violencia común y profundizando la inseguridad en la mayoría de los municipios del país.
Redacción de Cubanos por el Mundo