La Unidad Empresarial de Base de la División Territorial de Comercialización de Combustible (UEB DTCC) en Santiago de Cuba anunció mediante un comunicado en Telegram, la suspensión total de la distribución de gas licuado (GLP) en la provincia, sin especificar cuándo se reanudará el servicio.
El mensaje, publicado por la empresa estatal CUPET, señaló: “No habrá distribución de gas licuado hacia los puntos de venta hasta tanto se disponga nuevamente de GLP en la provincia. Disculpen las molestias ocasionadas”. La entidad prometió informar a la población de manera oportuna, aunque no ofreció detalles sobre las causas del desabastecimiento.

Este anuncio contradice las declaraciones de las autoridades comunistas locales hace apenas tres semanas, cuando aseguraron que el suministro de GLP estaba “garantizado” para todos los clientes. El 26 de mayo, José Yaser Centray Soler, director de CMKC Radio Revolución, difundió en Facebook que a partir del 27 de mayo se retomaría la venta del gas.
Por su parte, Lisset González Sardinas, directora territorial de CUPET, respaldó la información durante una reunión con funcionarios del Partido y el Poder Popular, afirmando que existía “cobertura garantizada” para toda la provincia. Incluso se detalló un plan de distribución de 14,000 cilindros diarios, con prioridad para edificios altos y zonas vulnerables, además de un sistema de venta controlada mediante la plataforma digital Ticket.
Sin embargo, la abrupta suspensión del servicio dejó a miles de familias sin acceso al gas necesario para cocinar, generando indignación entre los residentes, quienes ya enfrentan prolongados apagones, escasez de alimentos y falta de agua potable.
Médicos, jubilados y trabajadores expresaron su frustración ante la situación. Un galeno, que prefirió mantener su nombre en reserva, declaró: “No compro gas desde el año pasado. Confié en las promesas oficiales, pero ahora tendré que seguir cocinando con carbón o electricidad durante los cortes de luz”.
La medida evidencia la falta de planificación y la mentira entre los discursos oficiales y la realidad. Mientras Santiago de Cuba se prepara para celebrar su aniversario 510, sus habitantes enfrentan una crisis que afecta hasta lo más básico, el acceso a un combustible esencial para la vida diaria.
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Redacción Cubanos por el Mundo