Han transcurrido seis meses desde que Esperanza Cabrera Melvin, una maestra jubilada de 75 años, desapareció sin dejar huellas en el municipio de Colón, Matanzas, y su caso sigue envuelto en incertidumbre.
El 19 de diciembre de 2024 fue la última vez que alguien la vio, específicamente en la parada del Central René Fraga, cuando se disponía a ir al poblado de Maceo, ubicado a tan solo un kilómetro.
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A pesar del tiempo transcurrido, la investigación permanece estancada. No se han hallado pruebas concluyentes, no existe una confesión oficial de una presunta muerte, ni se han localizado los restos de la mujer.
La única declaración que apuntó a una posible agresión provino de Yoandy Castro, arrestado en febrero como principal sospechoso. En estado de embriaguez, soltó una frase que encendió alarmas: “Está bueno para caerte a batazos como le hice a Esperanza”.
Ese testimonio informal no se tradujo en avances concretos, y el proceso legal tampoco ha derivado en acusaciones formales. Mientras tanto, familiares y activistas se aferran a la esperanza y siguen pidiendo respuestas.
Desde la plataforma Alas Tensas lanzaron un llamado directo: “No la olvidamos y exigimos respuestas a las autoridades que tienen el deber de buscarla”.
La ausencia de cobertura por parte de los medios estatales y el silencio de las autoridades de Matanzas solo han incrementado la frustración de quienes exigen justicia.
La familia ha difundido varios números de contacto —54308730, 56278141 y 58736470— con la esperanza de recibir alguna pista que ayude a encontrar a la mujer.
En el momento de su desaparición, la anciana vestía un suéter verde, pantalón de mezclilla azul claro, pañuelo carmelita en la cabeza, sandalias negras y portaba una cartera donde guardaba su teléfono móvil.
Esa descripción, ampliamente difundida por redes y plataformas independientes, no ha sido suficiente para dar con su paradero.
La comunidad, lejos de resignarse, insiste en mantener viva la posibilidad de que Esperanza Cabrera siga entre ellos, exigiendo que el caso no quede enterrado en el olvido.
Redacción de Cubanos por el Mundo
