Un sujeto fue sentenciado a 20 años de cárcel en La Habana por transportar más de un kilo de clorhidrato de cocaína líquida oculto dentro de un aire acondicionado.
La condena fue dictada el martes 24 de junio por el Tribunal Provincial Popular de La Habana, en una maniobra judicial que el régimen promovió como parte de su propaganda contra el narcotráfico.
El caso, transmitido por el medio oficialista Canal Caribe, fue presentado como uno de los denominados “juicios ejemplarizantes”, fórmula que el régimen emplea para justificar acciones judiciales sin abordar el creciente control de la droga en las calles y la débil respuesta institucional ante redes delictivas que se mueven con facilidad bajo su vista.
Durante la audiencia, la fiscalía sostuvo que el acusado intentó introducir el estupefaciente valiéndose de un aparato de climatización que contenía la sustancia líquida.
Aunque las autoridades evitaron revelar el nombre del procesado, se detalló que la cantidad de droga superaba el kilogramo, lo que fue clave para imponerle la pena máxima prevista en la causa.
En su discurso oficial, se subrayó la “observancia del debido proceso”, a pesar de que, en la práctica, este tipo de casos sirven más para montar escenografías mediáticas que para desmontar redes criminales con verdadero alcance.
OTRAS NOTICIAS: Piden 8 y 9 años de prisión para traficantes de drogas en Matanzas
Mientras tanto, la circulación de estupefacientes, tanto en La Habana como en el resto del país, se vuelve cada vez más común y los encargados de prevenirla se muestran indiferentes o cómplices.
Aunque la dictadura intenta proyectar dureza con estos procesos, los traficantes continúan operando en diferentes zonas de la isla sin mayor impedimento.
Este tipo de condenas, lejos de frenar la expansión del problema, alimentan la narrativa oficial sin enfrentar sus raíces ni desmantelar las estructuras que lo facilitan.
Redacción de Cubanos por el Mundo
