El velorio del niño cubano Rafa, se realizó en condiciones precarias en la funeraria de Morón, ubicada en la calle José Miguel Tarrafa, esquina Castillo, en Ciego de Ávila.
Familiares, amigos y vecinos que asistieron para despedirse del niño enfrentaron una situación desoladora: la falta de electricidad dejó la sala sumida en la penumbra durante toda la noche.
La denuncia fue realizada por la activista Yamilka Laffita, conocida como Lara Crofs en redes sociales, quien relató que el dolor de la familia se agravó por la demora en la llegada del cuerpo.

Según indicó, el traslado del féretro debía realizarse desde la funeraria de Calzada y K, en La Habana, a las 9:00 a.m., con una llegada prevista para las 3:00 p.m. en Morón. No obstante, pasadas las 3:30 p.m., la madre del menor recibió una llamada desde el lugar de destino informándole que el cuerpo no había llegado y que no se sabía su paradero.
“El transcurso del día fue angustiante, caótico y profundamente irrespetuoso con el duelo de una familia rota”, expresó Laffita, señalando que ni siquiera se podía contactar al chofer del vehículo fúnebre porque no tenía teléfono celular.
De acuerdo con su testimonio, intervino directamente para buscar una solución. “Angustiados, los padres comenzaron a hacer llamadas, pero nadie les daba respuestas claras. Les informaron, con alarmante indiferencia, que no podían localizar al chofer del carro fúnebre… porque no tenía celular”.
“Afortunadamente, tras 20 minutos, me devolvió la llamada y dijo que el carro llegaría en una hora. Finalmente, el cuerpo de Rafa llegó”, agregó.
La falta de organización en el traslado fue apenas uno de los elementos que marcaron esta despedida con indignación. Ya con el cuerpo en la funeraria, la familia debió velar a este niño cubano en medio de un apagón, sin luz en el recinto ni en los alrededores.
“Lamentablemente, ni siquiera este último momento ha podido desarrollarse con dignidad, no hay electricidad en la funeraria (…) Velan a un niño en penumbras. Como si no bastara con la tragedia de su muerte, ahora también hay que sufrir el abandono en el silencio oscuro de una sala mortuoria”, lamentó la activista.
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El menor falleció por la imposibilidad de acceder a un trasplante de hígado, una realidad que pone en evidencia la crítica situación del sistema de salud cubano.
Mientras este tipo de cosas ocurren, mientras el régimen castrista sigue pregonando los cuatro vientos su mal llamada “potencia médica” —que a su vez le sirve para burlarse descaradamente del pueblo— son muchos los menores de edad y sus familias en la isla comunista que tienen que atravesar un infierno.
Redacción de Cubanos por el Mundo