La falta de harina en Santiago de Cuba mantiene a miles de familias sin el pan normado de la bodega, mientras las autoridades reconocen que los suministros dependen de embarques irregulares desde La Habana.
En los primeros días de julio, solo en dos ocasiones se distribuyó harina, lo que obliga a una “rotación forzosa” entre municipios para repartir el producto cuando existe disponibilidad.
Edelva Marín Medina, coordinadora de programas y objetivos de régimen en la provincia, reconoció que solo pueden distribuir un municipio a la vez y cada cierto tiempo.
“Cuando llega harina, hay que correr para cubrir un municipio, después otro. Y así estamos”, manifestó.
La situación evidencia las dificultades en la cadena de suministros, dejando a los ciudadanos sin un alimento básico en su dieta diaria.

La escasez de pan es solo una parte del problema. Para paliar la falta de proteínas, se está distribuyendo una libra de “picadillo extendido”, una mezcla cárnica con alto contenido de soya y aditivos, a niños de 0 a 13 años y embarazadas, que comen este desagradable alimento porque no hay en la isla carne y pollo para una alimentación saludable.
Aún no se completa la entrega de las siete libras de arroz correspondientes al mes de abril, solo se han distribuido cinco, y las dos restantes comenzaron a llegar esta semana.
Según las autoridades, próximamente se iniciará el reparto de las tres libras de mayo, lo que refleja un atraso de dos meses en un alimento clave.
El azúcar también presenta distribución irregular: solo algunos territorios, como Santiago de Cuba, Palma Soriano y Contramaestre, han recibido cantidades parciales. El resto de los municipios espera la llegada de azúcar crudo para reiniciar las entregas.
Los antillanos deben reinventarse para sobrevivir en la isla donde reina la escasez y la pobreza, mientras que el régimen comunista no se ocupa de cubrir las necesidades de los cubanos.
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Redacción Cubanos por el Mundo