Varias voces de la sociedad cubana han reaccionado con críticas a la nueva política impulsada por el presidente Donald Trump para restaurar el orden migratorio en Estados Unidos, tras la apertura fronteriza promovida por la administración de Joe Biden.
En este artículo a penas citamos algunos ejemplos, aunque son muchos más.
Una de las voces más “llamativas” fue la de Sandro Castro, nieto del dictador Fidel Castro y figura polémica en la isla.
En un video publicado en Instagram —grabado desde una piscina vacía en las ruinas del edificio Ríomar, en La Habana— Sandro criticó la política migratoria de Trump y comentó: “Presidente Donald Trump, ya ni las Cristach te hacen efecto. Los emigrantes no los veas como enemigos. Tu nación fue construida con emigrantes. No todos son delincuentes, se ganan su dinero honradamente, ayudan a fortalecer la economía de tu país. Dale oportunidad y vida al emigrante porque al final Patria es Humanidad. Un silencio por todas esas protestas que hubieron”.
El video, descrito por muchos usuarios como “cringe” y desconectado de la realidad cubana, hace referencia a las recientes protestas en Los Ángeles contra las detenciones masivas de migrantes irregulares, que derivaron en disturbios, incendios y destrozos a vehículos policiales.
Igualmente, la articulista y fundadora de El Estornudo, hoy residente en Nueva York, Carla Gloria Colomé Santiago, acusó a ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) de operar con tácticas intrusivas más allá de la vía pública, irrumpiendo en hogares y ejecutando deportaciones arbitrarias, incluso de familias enteras o personas con procesos migratorios en curso.
Según Colomé, estas prácticas estarían provocando la autodeportación entre los ilegales.
Por otro lado, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla también se pronunció contra la política migratoria de Trump.
Reaccionó con dureza a la propuesta de utilizar la base naval de Guantánamo como centro de detención para migrantes expulsados de Estados Unidos, calificándola de “desprecio” a los derechos humanos y de violación a la soberanía cubana.
Un alza de la violencia política izquierdista
Estas reacciones llegan en un momento de alta tensión política y social en Estados Unidos, marcado por la aplicación de medidas migratorias más restrictivas y un ambiente de polarización en torno a la seguridad fronteriza y el control migratorio, en el que la izquierda ha dejado una estela de violencia mortal.
El mes pasado la congresista Melissa Hortman, de Minnesota, fue asesinada junto a su esposo en su casa por Vance Luther Boelter, un hombre que sirvió bajo el Gobernador demócrata Tim Waltz, y en cuyo auto se encontraron armas y panfletos del movimiento antiTrump “No Kings”.
En la protesta de “No Kings” en Utah (Salt Lake City, 14 de junio de 2025), un voluntario de seguridad —que intentaba frenar a un hombre que blandía un rifle AR15 cerca de la multitud— disparó, hiriendo al portador del arma y atropellando indirectamente al diseñador Arthur Folasa Ah Loo, quien murió como víctima inocente del fuego cruzado.
Igualmente, el 8 de julio un hombre de 27 años, identificado como Ryan Louis Mosqueda, fue abatido tras abrir fuego con un rifle automático contra el edificio del sector del U.S. Border Patrol en McAllen, Texas; presuntamente conectado al discurso anti ICE desplegado en el mainstream mediático estadounidense y en sectores progresistas.
Asimismo, el 4 de julio diez personas fueron acusadas de intento de asesinato tras orquestar una emboscada militar contra agentes de ICE en el centro de detención Prairieland en Alvarado, Texas.
El grupo atrajo a los agentes con fuegos artificiales y vandalismo (incluyendo pintadas con mensajes como “Ice pig”, común entre grupos izquierdistas), para luego abrir fuego desde un bosque cercano, disparando entre 20 y 30 rondas y alcanzando a un oficial de policía en el cuello —todos los ICE presentes estaban desarmados en ese momento.
Redacción Cubanos por el Mundo
