A casi un año de la desaparición de Misleydis Martínez Aleaga, de 49 años, en La Habana, su padre, Romelio Martínez Zamora, no ha dejado de exigir que las autoridades actúen.
La mujer, residente en el municipio La Lisa y diagnosticada con esquizofrenia, fue vista por última vez el 18 de octubre de 2024. Desde entonces, su familia vive sumida en la incertidumbre.
“Yo lo que quiero es saber si está viva”, expresó su padre en conversación con CubaNet, desesperado ante la falta de respuestas.
La inacción de los cuerpos policiales del régimen castrista ha profundizado la angustia de la familia. Según relató Martínez Zamora al medio citado, su hija ya se había ausentado en ocasiones anteriores, pero era localizada por los oficiales.
Esta vez, sin embargo, los agentes le aseguraron que no logran encontrarla. “Ya han pasado nueve meses y la policía dice que no la encuentra, que no aparece por ninguna parte”, lamentó.
Misleydis, quien era paciente del Hospital Psiquiátrico de La Habana “Comandante Doctor Eduardo Bernabé Ordáz Ducungé”, conocido como Mazorra, solía ser ingresada durante semanas, incluso hasta dos meses seguidos.
Su condición exigía atención constante, pero tras su desaparición, su entorno se quebró. Uno de los más afectados ha sido su hijo menor de edad, quien quedó desamparado.
Para colmo de males, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en La Lisa retiró la ayuda estatal que recibían madre e hijo, compuesta por 2.600 pesos mensuales.
La suspensión se justificó por la desaparición de Misleydis. No obstante, Martínez Zamora cuestionó la medida: “Lo hicieron sin pensar que ese dinero también es de su hijo, que es menor de edad y no tiene padre. No les importó y me dijeron que le habían dado de baja porque estaba desaparecida”.
La ausencia de un protocolo efectivo por parte de las instituciones cubanas ha dejado al niño en una situación de vulnerabilidad crítica. “Tenían que haberlo llevado para alguna institución del Estado”, reprochó el hombre.
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Mientras las autoridades de La Habana se mantienen sin ofrecer avances ni pistas concretas, el padre de Misleydis continúa buscando sin descanso.
Cada día que pasa sin noticias de su hija aumenta su preocupación, pero también su indignación por el abandono que no sufre solo él y su nieto, sino también cada una de las familias que se encuentran en la misma situación en la isla comunista.
Redacción de Cubanos por el Mundo
