El régimen cubano, a través de Manuel Marrero, volvió a demostrar su cinismo al elogiar como “valiente” a Marta Elena Feitó Cabrera, la exministra de Trabajo y Seguridad Social que terminó fuera del cargo tras haber negado la existencia de mendigos en la isla.
El primer ministro designado por la dictadura se refirió este miércoles desde el Parlamento a la salida de la funcionaria, intentando disfrazar su expulsión forzada como una supuesta “renuncia voluntaria”.
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Según el propio Marrero, “la compañera ministra, como se expresa, reconoció sus errores”, destacando además que “ha trabajado duro” y defendido políticas para los deambulantes, las mismas personas que ella misma despreció al calificarlas como “disfrazados”.
Las declaraciones siguieron al estallido de indignación que provocaron las palabras de Feitó Cabrera el lunes anterior, cuando afirmó que quienes viven en las calles no son realmente indigentes, sino personas que eligieron “un modo de vida fácil”.
El martes, tras la ola de críticas y el repudio masivo en redes sociales —donde decenas de cubanos exigieron su inmediata destitución— la exministra presentó una solicitud de “liberación del cargo”, con la que la tiranía cubana intenta ocultar lo que claramente fue una remoción.
“Me equivoqué, y me equivoqué en lo que nunca debí haberme equivocado. Y no me siento en condiciones de mantenerme como un cuadro al frente de un ministerio”, fueron sus palabras, según el propio Marrero.
No obstante, su pedido de salida ocurrió justo después de que su hijo, residente en Miami, avanzara en su proceso para obtener la residencia permanente bajo la Ley de Ajuste Cubano, lo cual aumentó el escándalo.
A pesar de haber sido parte del aparato que amparó durante años el negacionismo oficial sobre la pobreza extrema, Marrero, haciendo gala de su caradura, se presentó como defensor de los marginados al admitir que “este asunto es un problema real (…) No podemos envolverlo en terciopelo y edulcorarlo”.
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Por su parte, el “puesto a dedo” Miguel Díaz-Canel también intervino el martes y trató de desmarcarse del desastre, afirmando: “Yo no estoy de acuerdo con algunos criterios que se dieron en la comisión sobre estas problemáticas”.

Más adelante, reconoció —porque no le quedó de otra— la existencia de personas sin hogar en la isla comunista: “Si uno está reconociendo que existe ese problema acá, no puedes denigrar las figuras que están involucradas (…) porque entonces lo que expresa es un desconocimiento de la realidad que está viviendo el país.”
Mientras la dictadura aprovecha las palabras de la exministra de Trabajo y Seguridad Social para fingir “preocupación”, la pobreza en Cuba sigue creciendo a pasos agigantados, cuyas víctimas ven cómo los que están en la cúpula se burlan a más no poder y se dan todos los lujos posibles.
Redacción de Cubanos por el Mundo