Una abuela cubana y su nieta comenzaron una nueva etapa en Ciego de Ávila al mudarse a una vivienda que reemplazó la precaria estructura donde habían vivido durante años.
La casa, valorada en 500 mil pesos cubanos, fue posible gracias a una ola de solidaridad impulsada en redes sociales y apoyada por donaciones tanto en efectivo como en especies.
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Según publicó Guillermo Rodríguez Sánchez, quien lideró la iniciativa, el cambio de vida para Mireiba y Stephanie se concretó recientemente, tras una intensa campaña de recaudación.

“¡Y se hizo la casa! Gracias a todas y todos ustedes”, expresó Rodríguez Sánchez en sus redes sociales.
La fuente resaltó que el proyecto fue sostenido por personas empáticas y generosas que hicieron posible lo que parecía inalcanzable.
Durante un tiempo, se organizaron múltiples esfuerzos para cubrir no solo el costo de la vivienda, sino también una serie de artículos que hoy completan el nuevo hogar.
Por ejemplo, Einstein Van Gough entregó un refrigerador de 80 mil pesos; una pareja de seguidores anónimos aportó un televisor valorado en 120 mil; y la activista Anabel Lestayo sumó una batidora y una olla arrocera.
Además, Verona Bonce donó una olla frijolera, mientras que el colectivo Noche-cubana Cuba contribuyó con un juego de sala.

Para el transporte de todos los bienes y materiales fueron necesarios seis viajes entre Ciego de Ávila y Venezuela, con un costo total de 21 mil pesos.
Incluso el escaparate, adquirido por 10 mil pesos, y la pintura de la casa, por 9 mil, fueron sufragados con los fondos reunidos a través de la campaña.
También se hizo llegar un cargamento de 180 libras en ropa, zapatos y juguetes, enviados por seguidores desde Camagüey y Ciego de Ávila.
“Mireiba y Stephanie, disfruten su casa, la merecen con creces. Hemos hecho hoy el bien supremo, hemos dado felicidad y cobijo a una valerosa abuela que asumió en condiciones infrahumanas la crianza de su nieta hipoacúsica cuando su mamá la dejó abandonada”, expresó Rodríguez Sánchez.

En su mensaje reconoció tanto a quienes compartieron la historia como a quienes enviaron ayuda directa, incluyendo una donación específica de 100 dólares y 100 pesos cubanos.
Con este acto, Mireiba y su nieta dejaron atrás años de carencias extremas, para comenzar una nueva vida en condiciones dignas, gracias al impulso colectivo de una comunidad movilizada por la compasión y la empatía.
Redacción de Cubanos por el Mundo