Las calles de Santiago de Cuba albergan a los cubanos desesperados ante la escasez de agua y un sinfín de carencias que hay en la provincia.
Madres con niños en brazos, ancianos y hombres cargando tanques vacíos corren detrás de las pipas de agua como si se tratara de una carrera por la supervivencia, y esto ocurre en todas las provincias de la isla.
La falta del líquido vital ha transformado el acceso al agua en un privilegio, no en un derecho.
El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada denunció este jueves en Facebook la crítica situación que enfrentan miles de santiagueros. “Corretear una pipa o morir de sed”, escribió, describiendo una realidad que el régimen cubano intenta minimizar mientras la población sufre las consecuencias.
Comunidades como Sueño, Altamira, Micro 9, Agüero, San Pedrito y Mariana de la Torre llevan más de 20 días sin recibir agua por tuberías.
Las cisternas estatales, que la dictadura plantea como una solución temporal, no dan abasto: no avisan su llegada, no priorizan a los más vulnerables y, según denuncian los vecinos, se reparten con favoritismos políticos.

En los edificios altos, la situación es aún más crítica, pues personas mayores, embarazadas y personas con discapacidad se ven obligadas a bajar escaleras oscuras con cubos en mano, arriesgándose a accidentes. Mientras tanto, las cisternas permanecen secas y las bombas de agua, rotas.
La escasez , que afecta a toda Cuba, ha llevado a muchos a almacenar agua en recipientes inadecuados: cubos de pintura usados, tanques oxidados y botellas abiertas, lo que representa un riesgo para la población porque provoca brotes de enfermedades gastrointestinales, dengue y leptospirosis, según reportes de centros médicos locales.
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Redacción Cubanos por el Mundo