El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, salió al paso de las críticas internacionales que tildan de autoritaria la reciente reforma constitucional que permite la reelección presidencial indefinida en ese país.
En un mensaje publicado en su cuenta de X, el mandatario aseguró que “el 90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno, y nadie se inmuta”, pero cuando “un país pequeño como El Salvador intenta hacer lo mismo, de repente se convierte en el fin de la democracia”.
Bukele, de 44 años, justificó la medida comparándola con sistemas de países desarrollados, argumentando que las críticas reflejan un “doble rasero” contra El Salvador por ser una nación “pequeña y pobre”.
Asimismo, el mandatario añadió que si El Salvador adoptara un sistema como las monarquías parlamentarias de Reino Unido, España o Dinamarca, “seguirían sin apoyarla” y “se pondrían furiosos”, porque el problema no es el sistema, sino “que un país pobre se atreva a actuar como soberano”.
Cabe mencionar que, la reforma, aprobada el pasado 31 de julio por la Asamblea Legislativa, dominada por el partido oficialista Nuevas Ideas con 57 de 60 escaños, modificó cinco artículos de la Constitución para eliminar los límites a los mandatos presidenciales, extender el período presidencial de cinco a seis años y abolir la segunda vuelta electoral.
Además, se incluyó una disposición transitoria que acorta el actual mandato de Bukele, iniciado en junio de 2024, para que finalice en 2027, permitiéndole competir en las elecciones generales de ese año.
La reforma ha generado una fuerte controversia. Organizaciones como Human Rights Watch (HRW) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) han condenado la medida como un “golpe mortal” a la democracia.
Juanita Goebertus, directora de la División de las Américas de HRW, advirtió que el partido de Bukele “está recorriendo el mismo camino que Venezuela” al consolidar el poder sin contrapesos. WOLA, por su parte, calificó la reforma como una “flagrante manipulación de la Constitución” que desmantela los principios democráticos.
Por otro lado, los defensores de la reforma, como la diputada de Nuevas Ideas, Ana Figueroa, sostienen que los cambios devuelven el poder al pueblo salvadoreño, permitiéndole decidir libremente a sus gobernantes.
Bukele, quien goza de una popularidad cercana al 85% gracias a su “guerra” contra las pandillas que redujo drásticamente la violencia en el país, no ha confirmado si buscará un tercer mandato en 2027.
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Redacción Cubanos por el Mundo